Este 24 de marzo, la ciudad de Posadas vivió una jornada de memoria con una numerosa marcha que recorrió el centro de la capital provincial. A 49 años del golpe de Estado de 1976, cientos de personas se congregaron en la intersección de las avenidas Mitre y Buenos Aires para marchar en reclamo de memoria, verdad y justicia.
La movilización estuvo encabezada por organizaciones de derechos humanos, agrupaciones estudiantiles, sindicatos y partidos políticos, acompañados por vecinos y familiares de víctimas del terrorismo de Estado.
El recorrido de la marcha incluyó diversas paradas en sitios que funcionaron como centros clandestinos de detención durante la dictadura. En cada uno de ellos se realizaron intervenciones artísticas y lecturas de documentos para recordar a los detenidos-desaparecidos. Las calles de Posadas se llenaron de pancartas, banderas y cánticos en repudio al terrorismo de Estado, en un mensaje contundente contra el olvido y la impunidad.
El acto central tuvo lugar en la plaza 9 de Julio, donde diversos referentes tomaron la palabra para reflexionar sobre la importancia de mantener viva la memoria histórica.

Graciela Franzen, militante popular y ex presa política, compartió su testimonio sobre la persecución sufrida en los años de la dictadura y destacó la necesidad de continuar en la lucha por una sociedad más justa. “Me van a ver todos los días en la calle acompañando los reclamos, porque tenemos un país con mucha riqueza en pocas manos. Hoy más que nunca tenemos la obligación de estar en las calles. Durante toda la democracia recordamos y salimos a marchar, pero ahora nuestros derechos están en riesgo: tenemos la misma inflación que en la dictadura, la misma desocupación, están regalando nuestros bienes comunes y matando de hambre a trabajadores y jubilados. No respetan a los discapacitados, no respetan a las mujeres. Los gobernantes que aprueban leyes en contra del pueblo son traidores a la patria. Y, como en 1810, los patriotas somos los que estamos aquí, en las calles, porque nunca más esto tiene que volver a ocurrir”, expresó.
Otra de las voces presentes fue la de Josefa “Pepa” Estevez, también ex presa política y militante popular, quien resaltó la importancia de la movilización popular como una herramienta de lucha. “Creo que todo el mundo tendría que sentirse convocado, porque el terror de la dictadura alcanzó a todos: el que no tuvo un hermano, un amigo, un pariente, un conocido que estuvo siendo perseguido, padeció miedo porque hay gente que no estaba perseguida, pero tenía miedo. A tal punto estaba instalado el terror”.
“Ahora, más que nunca, estamos unidos contra este Gobierno y la política de ultraderecha que se está desarrollando. La protesta no solo es un derecho, es una obligación”, agregó.
La referente también recordó los espacios donde funcionaron centros clandestinos en la ciudad: “Vamos a la Jefatura de Policía, que antes tenía distintas dependencias, y después a la Policía Federal. En la esquina de Sarmiento y Junín funcionaba la comandancia del Ejército. Hay muchos lugares que la gente prefiere olvidar, pero se sabe lo que pasó. Siempre fue más fácil mirar para otro lado”.
“La memoria es imprescindible. Si vos no tenés memoria de tu propia historia, no de la del país, difícilmente puedas construir tu futuro, la memoria es eso, es una necesidad vital y en ese sentido, bueno, como país que atravesó circunstancias tan espantosas, con más razón”, remarcó.
En un contexto de creciente preocupación por el avance de discursos que relativizan los crímenes de la dictadura, la presencia masiva en las calles demostró que el reclamo de justicia sigue vigente. “Un pueblo que se olvida de su historia vuelve a repetir los mismos errores”, señaló Graciela Franzen, marcando el cierre de una jornada cargada de emoción y compromiso.

Pañuelos borrados
Durante la movilización se pintaron pañuelos blancos, símbolo de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, en las veredas de edificios del Ejército Argentino y Gendarmería Nacional. Sin embargo, al terminar la marcha, miembros de las fuerzas borraron las pintadas, repitiendo lo ocurrido el año anterior, cuando cadetes del Ejército cubrieron símbolos similares con escarapelas. En un video grabado por la activista Florencia Aguirre, se vio cómo efectivos de Gendarmería borraron las pintadas en la Agrupación IV Gendarmería Misiones. Aguirre calificó esto como una “provocación”. Lo mismo sucedió en la Brigada Monte XII y en otro destacamento que funcionó como centro clandestino de detención e inteligencia entre 1976 y 1982.









