Nada más rico que el pan suave, esponjoso y recién salido del horno. Pocos alimentos tan sanos como una rebanada de pan sin aditivos, sin conservantes. Así son los panificados a los que Cintia Maidana acostumbró a los vecinos de San Vicente, que esperan con ansias a que llegue el martes y ella diga presente con toda su producción.
Cintia vive en la zona rural de este municipio, a unos diez kilómetros. Allí no solo se dedica a los panificados, sino que también produce algo de verduras, crían vacas, con lo cual tienen leche y todos sus derivados, pollos, para consumo de carne, y gallinas ponedoras. Y, por si fuera poco, también elabora, junto a su esposo, dulce de miel de caña.
“Siempre trato de sumar algo más, porque todo se vende, pero manteniendo la calidad, casero y sin conservantes”.
Cintia confió que “hace unos cuantos años que comencé con los panificados, sobre todo pan salado y dulce; durante mucho tiempo salía a vender, pero desde hace tres o cuatro años estoy enfocada en trabajar para la feria”.
Además, recientemente su hijo abrió una pizzería-hamburguesería y es ella la responsable de todas las masas, desde las pizzas y pizzetas, hasta el pan de hamburguesa. Y, obviamente, nunca falta algo dulce “para el mate”, sin ningún tipo de conservantes y con un extra increíble, cocido en horno a leña, lo que asegura un sabor especial.
Un hobby, fuente de ingresos
Hay tareas que se hacen en modo automático, sobre todo cuando hay que buscar opciones para sumar ingresos al grupo familiar, hasta que alguien pregunta por qué. ¿Por qué panificados?
“Porque desde chica siempre me llamó la atención todo lo que sea hacer masas, entonces ya empecé a poner en práctica. Siempre soñé con tener una panadería”, contó Cintia, pero la distancia se convirtió en un obstáculo.
“Vivimos en la chacra, eso lo complica un poco todo”, reconoció. Aunque no pierde las esperanzas de que un día sea posible.
Igualmente, “la idea es en algún momento comprar un equipo, amasadora, batidora, una mesa de trabajo más amplia, cortadora y, por qué no, una cámara de fermentación, “pero por el momento estamos trabajando todo en forma manual, solo tenemos una refinadora, con la que debemos trabajar entre dos, por las características de la máquina”, confesó la productora.
Mientras tanto, Cintia continúa trabajando y sorprendiendo a los vecinos con productos exquisitos.
“En la feria, además de todo lo que es panificados, vendemos huevos, leche, algo de verduras también. Pollo, que nos piden mucho”, porque es muy grande la diferencia en la calidad con el que se adquiere en el mercado, por la forma de crianza y la alimentación, apuntó.
Finalmente subrayó que “la gente ya se acostumbró. Nos esperan, saben que tenemos combos, que armamos con varios productos, entonces ya nos hacen los pedidos y traemos preparados, igualmente, lo que traigo de más, siempre se vende, por eso estamos siempre sumando opciones, pero manteniendo la calidad, pensando en llevar a la mesa de nuestros vecinos todos productos caseros”.