Misiones tiene la capacidad de renovar el espíritu de quienes pisan su tierra, de devolver la calma y de regenerar la salud. Y esto fue lo que movilizó a Luis Danieluk a regresar a su 25 de Mayo natal, dejando atrás la vida construida durante más de veinte años en Buenos Aires.
Es que aquí, en la bonanza que caracteriza a esta región y la posibilidad de producir alimentos en forma completamente orgánica, encontró el espacio ideal.
“Nací y me crié en esta chacra hasta los 24 años, cuando me casé, me fui a Buenos Aires”, recordó el productor y agregó que “cuando fallecieron mis padres se tercerizó el trabajo, fueron doce o quince años” en los que las tareas quedaron en manos extrañas a la familia.
Pero la necesidad de una vida sin tanto trajinar y de escapar de la inseguridad llenó de valor a Luis para renunciar a 23 años de trabajo en una empresa argentina líder en la fabricación de sanitarios e instalarse nuevamente en este campo.
“Me fui en el 86 y volvimos en el 2009. Este es el lugar más precioso para mi vida”, confesó e hizo hincapié en que aquí “hacemos de todo, tocamos el acordeón, la guitarra, corremos maratones y, por supuesto, producimos nuestro propio alimento, sin ningún tipo de químicos”.
“Tengo yerba mate, té y todo lo que se puedan imaginar, cítricos, bananas, maíz, batata, poroto, zapallo, verduras de hoja, caña de azúcar, con la que elaboramos mascabo, aquí tenemos todo y todo orgánico”.
Obviamente, todo esto requirió de capacitaciones, una muy importante para Luis fue la que realizó en la Biosfera Yaboty, “estuvimos tres días, allí”, evocó.
Entre muchas otras técnicas, aprendió “a elaborar harina de hueso para fertilización y, recientemente, por intermedio del INTA mandé a analizar los componentes de la tierra, solo en fósforo y calcio hay un 60% por porción”, confió.
Además, la familia de Danieluk suma a todas las tareas que realizan la cría de cerdos, “que no es solo por la carne, si bien consumimos y vendemos, la finalidad principal es la fabricación de abono para la chacra”, apuntó.
Es que las “camas” se limpian a diario y ese aserrín se mezcla con la tierra, generando un compost sumamente efectivo.
Por supuesto, en la chacra familiar no faltan los pollos, tanto para huevo como para carne pero, a diferencia de los criaderos, crecen en libertad, durante el día se “pasean” por el lugar y por la noche buscan refugio en un galpón o bajo los árboles.
Bienestar físico y mental
Luis asegura que la vida alejada de agroquímicos y alimentos ultraprocesados se traduce en salud. “Tengo 62 años”, que no aparenta en lo más mínimo, “y corro maratones”, reveló.
E incluso exhibe medallas y trofeos que obtuvo en raids en “Salinas Grandes”, en Salta y Jujuy; y la ultra maratón Yaboty, reconocida por su escenario abrumador, en el que la naturaleza es la gran estrella, lo que la ubica como una de las carreras en la selva con mayor convocatoria en el mundo.
Correr no es su única actividad física, a mediados de julio dijo presente en el “Primer Cicloturismo de la Historia”, en 25 de Mayo, donde recorrió 50 kilómetros en bicicleta.
“Cuidar la salud de mi familia y la mía es la prioridad, por eso escogemos esta vida, aquí siempre hay trabajo, pero también la seguridad de una vida sana”.