Antonia Elizabeth Teminski, oriunda del paraje Roca Chica y actualmente residente en Gobernador Roca, es un ejemplo inspirador de dedicación y pasión por la agricultura. Antonia mantuvo viva la tradición agrícola familiar mientras gestiona una serie de responsabilidades que incluyen su trabajo en la chacra, su papel como feriante y su labor como docente.
Desde pequeña, estuvo inmersa en el trabajo agrícola. Su padre, que cultivaba yerba y mandioca, y su madre, con su huerta de verduras de estación, fueron sus primeros maestros en el arte de la agricultura. “Desde chica, siempre participé ayudando en los quehaceres de la huerta”, recordó Antonia.
La familia, que está vinculada a la chacra desde hace generaciones, le inculcó el valor del esfuerzo y el amor por la tierra, algo que ella llevó consigo a lo largo de su vida.
Su esfuerzo diario en la chacra, su participación en la feria y su labor educativa reflejan un profundo compromiso con sus valores y con el bienestar de su comunidad.
En la actualidad, Antonia vive con su esposo Ariel Fedan y sus tres hijos, Alexander, Angelina y Francisco.
La familia trabaja unida en la chacra, donde se enfrentan a las variaciones del clima y las exigencias del trabajo diario. “En esta época, con el clima favorable, podemos trabajar prácticamente todo el día, aunque a veces la lluvia o el calor extremo complican las tareas”, explica Antonia. Adaptarse a las condiciones climáticas y ajustar los horarios es parte integral de su rutina.
Desde hace seis años, la familia es parte activa de las Ferias Francas de Posadas. Inició su participación en Itaembé Guazú, adonde lleva sus productos cada sábado por la mañana. “Vamos todos los sábados desde las seis de la mañana hasta las doce y media, y ya tenemos nuestros clientes fieles que nos esperan”, comentó Antonia. La feria se convirtió en un punto de encuentro vital, donde comercializan sus hortalizas y ofrecen productos frescos a la comunidad.
El trabajo en la chacra es una fuente de satisfacción constante: “Lo que motiva a trabajar en la chacra es superarse día a día”, afirmó Antonia.
“Es gratificante ver que lo que uno planta y cosecha llega a la mesa de muchas personas, alimentando desde niños hasta abuelos”
La agricultura no solo es un medio de subsistencia, sino también una forma de contribuir al bienestar de su comunidad, priorizando siempre una alimentación saludable y buenas prácticas agrarias.
Antonia también lleva su pasión por la agricultura a su rol como maestra de grado en la Escuela 17 donde enseña a los niños la importancia de tener una huerta familiar, incluso en espacios pequeños.
“Inculco a mis alumnos la importancia de la alimentación saludable y los animo a cultivar sus propios alimentos. Es fundamental que entiendan que no es fácil, pero tampoco imposible”, explica.
Sus clases no solo enseñan sobre agricultura, sino que también fomentan un estilo de vida saludable y consciente.
En su tiempo libre, especialmente durante las vacaciones, Antonia regresa a la chacra para colaborar en la siembra, el cultivo y la cosecha. “El trabajo en la chacra da muchas satisfacciones, pero es continuo. Cada etapa, desde la preparación de la tierra hasta la cosecha, requiere dedicación”, dice.
La agricultura, con todas sus demandas y recompensas, sigue siendo una parte integral de su vida y una fuente constante de orgullo y motivación.
La historia de Antonia Elizabeth Teminski es un testimonio de cómo la tradición familiar, el compromiso con la comunidad y la pasión por la agricultura pueden entrelazarse para crear una vida llena de propósito y satisfacción. Su esfuerzo diario en la chacra, su participación en la feria y su labor educativa reflejan un profundo compromiso con sus valores y con el bienestar de su comunidad.