Arístides Álvarez López, presidente de la ONG “Si nos reímos nos reímos todos”, dialogó con FM 89.3 Santa María de las Misiones sobre el preocupante aumento del acoso escolar, especialmente en el contexto de las redes sociales. Esto surge debido a que este jueves 2 de mayo es el Día Internacional de la Lucha Contra el Bullying o acoso escolar.
Para comenzar se refirió a que años atrás esta “práctica” estaba invisibilizada: “Siempre existió, quizás antes estaba naturalizado y era mucho menos intenso. Hoy el tema de las redes sociales lo profundiza, lo intensifica, lo hace mucho más duro. Ya no termina cuando toca el timbre de salida de la escuela, sino que esto sigue permanentemente.”
En sintonía con esto último agregó: “No existía el término bullying para llamar a esto. Muchas veces el mensaje en nuestra casa era ‘no le hagas caso, ya va a pasar’. Y no pasaba, y los chicos sufrían.”
Álvarez López resaltó la importancia de abordar el tema con seriedad: “Pensemos qué mensaje está dando la sociedad a esto. No podemos dejar pasar situaciones como la broma de un alto funcionario en un acto escolar cuando dos chicos se desmayan. Esto es un mensaje horrible, tremendo”.
Asimismo, lamentó la dificultad de promover valores positivos en un entorno cada vez más hostil: “Se está haciendo muy difícil ir a una escuela a hablar de empatía, solidaridad, respeto, amistad, compañerismo. Es el reflejo de esta sociedad violenta, sin dudas.”
Advirtió sobre el rol de las redes sociales en el acoso: “Hay que saber qué consumen los niños por YouTube. Es lo que más usan. ¿A quién sigue tu hijo en redes?”.
Finalmente, Álvarez López destacó la necesidad de un compromiso colectivo para abordar el problema: “No hay un compromiso como uno quisiera por supuesto. Hay un corrimiento de la familia de sus responsabilidades como educadores, dejando en manos de la escuela o del club estas cosas.”
Destacó también la responsabilidad compartida entre la sociedad, el Estado y las familias en la prevención y el abordaje del acoso escolar. “Hay un corrimiento del Estado, un estado ausente. Por eso existimos las ONG, para llegar donde el Estado no llega. Hay una banalización de la violencia tremenda y justificación también. ¿Estamos alimentando mensajes violentos mientras compartimos una comida con nuestros hijos?”.
Enumeró las señales de alerta en los niños acosados con las que los padres pueden detectar esta problemática: “En el niño acosado hay señales que no podemos dejar de ver como adultos responsables. Va a bajar su rendimiento escolar, va a tener conductas y actitudes que no tenía, va a responder violentamente, va a llorar por cualquier motivo, se va a encerrar en su habitación, va a estar muy pendiente de las redes sociales, no va a querer ir a la escuela, va a poner excusas, le van a ir desapareciendo útiles escolares, y si viene golpeado, por supuesto. Hay muchas señales en las víctimas”.
Otro de los grandes ejes de esta problemática y que tiene que ver con quienes “ven pero no hacen nada”.
“Es difícil aceptar que tu hijo es violento u hostigador, y también en los espectadores, los padres de los espectadores que no hacen nada, que miran, observan y no hacen nada. Probablemente el mensaje en su casa sea ‘no te metas, a Juancito le pasa eso porque no se sabe defender’.”
El impacto del bullying es profundo y duradero: “En niños y adolescentes tiene un impacto totalmente negativo, ya sea como víctima, como acosador o como espectador, afecta a toda la comunidad. A ese niño, de adulto, también lo va a seguir afectando. Si fue víctima, va a ser alguien que tiene su autoestima baja, probablemente le va a costar.”
Por último, Álvarez López hizo hincapié en la corrección de actitudes desde la infancia: “No creo que existan niños malvados. Son actitudes equivocadas que se pueden corregir. Lo importante es que hasta los 16 años están en formación. Están en maduración, su cerebro está en proceso de maduración. Entonces, podemos corregir esa actitud.”