En 2012 la 65ª Asamblea Mundial de la Salud consagró la última semana del mes en curso como la Semana Mundial de la Inmunización. Lo hizo con el objetivo de promover la vacunación y erradicar enfermedades mortales.
Este año, la Semana Mundial de la Inmunización coincide con los cincuenta años del Programa Ampliado de Inmunización (EPI), un plan que se creó para proteger la vida de las personas de enfermedades prevenibles a través de las vacunas.
En apenas cinco décadas y gracias a este programa, pasamos de un sistema internacional en el que la muerte de un niño era algo bastante frecuente, a uno en el que cada niño que recibe convenientemente sus vacunas tiene muchas oportunidades de sobrevivir y prosperar.
Sin embargo, el aumento de la desconfianza respecto de las vacunas es en la actualidad una de las principales amenazas que ponen en peligro la vacunación.
Como consecuencia, el mundo asiste hoy a la irrupción de enfermedades que se encontraban prácticamente controladas. Es entonces tarea de todos, sociedad y Estado, trabajar en esa crisis.