Por más que el Gobierno intente instalar el relato de que fue un inicio exitoso, lo positivo que estaría sucediendo en la macro no se traduce en ningún beneficio en la economía real.
Por el contrario, el éxito de las mediciones sobre riesgo país, equilibrio fiscal, acumulación de reservas o felicitaciones del Fondo Monetario se pagan con ajuste. Y los ajustados durante todos estos meses fueron nada menos que los trabajadores y los jubilados.
Recién ahora comienza a verse un tibio achicamiento del Estado, pero solo cuando se logró un equilibrio que arrojó a la pobreza a millones de familias que nada tenían que ver con la casta política y empresaria.
Se cierra un trimestre con todos los condimentos críticos para una sociedad que es la única que viene haciendo sacrificios tanto en este como en los anteriores gobiernos.
En el discurso se oye “vamos bien” y “no la ven”… en el terreno lo que se ve es recesión, inflación, aumento de desempleo y caída del consumo.