Según los datos aportados por la Cámara de Comercio Automotor (CCA), el año pasado se vendieron en total 2.103.833 automóviles, con 449.438 correspondientes al mercado de los 0km y 1.654.395 para el de reposición.
Esto significa que el 21,4% fueron nuevos y el 78,6 fueron usados. De este modo, mientras las ventas de autos nuevos creció un 10,2% en comparación con el año anterior, la comercialización de los usados aumentó un 5,2 por ciento.
“Finalizó el año 2023 con un crecimiento en la venta de autos usados con respecto al 2022. El volumen de 1,6 millones unidades comercializadas no es un dato menor en un contexto económico social muy complicado”, dijo Alberto Príncipe, Presidente de la CCA en su balance anual.
En 2022 se vendieron 1.978.659 autos y utilitarios livianos. De ellos, 407.875 fueron cero kilómetro, representando un 20,6% y 1.570.784 fueron usados, el restante 79,4%.
Así la proporción dice que 8 de cada 10 autos que se vendieron fueron de segunda mano. Las cifras generales subieron en 2023, pero las proporciones se mantuvieron en parámetros similares, aunque con un leve crecimiento del mercado de cero kilómetro, incluso a pesar de un año en el que los usuarios padecieron una de las mayores demoras de los últimos años para entregas de unidades nuevas por las restricciones y cupos del gobierno, lo que devengó en sobreprecios y un bajo volumen.
Los meses de julio y agosto de 2023 fueron aquellos en los que se acumularon autos en la Terminal Zárate, el puerto al que llegan provenientes del exterior.
Fueron los dos meses en los que no se aprobaron SIRAs para permitir la nacionalización de unidades, lo que hizo colapsar las instalaciones mientras en las concesionarias los salones de ventas estaban casi vacíos.
Fue en esos meses que la venta de autos usados tuvo la mejor performance del año con una suba repentina del 15% en el primer mes y del 22% en el segundo, ya que se pasó de 134.000 unidades en junio a 154.000 en julio y a 163.000 en agosto.
Paralelamente, mientras esto ocurría, el arrastre de la importación paralizada generó que en agosto el mercado de autos nuevos fuera un 11% peor comparado con julio y un 25% más chico en septiembre.
Ahí estuvo la oportunidad pérdida para los usados y fue entonces que comenzó a bajar la curva, que cayó un 18% en los siguientes tres meses, mientras la de los 0km bajó en el mismo período un 7 por ciento.