JUNÍN (NA). Adalberto Cuello fue condenado ayer a prisión perpetua por el “homicidio calificado por alevosía” del niño Tomás Dameno Santillán, de nueve años, ocurrido en la localidad de Lincoln.La condena fue dictada como cierre del juicio celebrado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Junín. Los jueces Miguel Angel Vilaseca Parisi, Karina Lorena Piegari y Claudia Beatriz Dana, integrantes del tribunal, consideraron que Cuello asesinó al niño Tomás, hijo de su ex pareja, con un “objeto romo” y que su acción fue el corolario de “una acción premeditada”.El fiscal del caso, Javier Ochaizpuro, había solicitado “prisión perpetua” para el imputado, quien durante la lectura del juicio se mostró atento y cabizbajo. Al ser retirado de la sala, los familiares de Tomás intentaron agredir a Cuello, mientras que la madre del pequeño sufrió una crisis de nervios.Tomás había desaparecido el 15 de noviembre al mediodía, después de salir de su casa, y fue buscado durante dos días, hasta que fue encontrado muerto a golpes con una pala en una zona descampada de esa zona situada a unos 300 kilómetros de Buenos Aires. La defensa, encabezada por el abogado Gabriel Doyle, había afirmado, en tanto, que no había prueba suficiente para inculpar al hombre, por lo que consideraba que tenía que ser absuelto. El defensor de Cuello, Gerardo Doyle, solicitó su absolución por falta de pruebas y, subsidiariamente, una condena por “homicidio simple”, con pena prevista de 8 a 25 años de prisión, ya que consideró que no se probó ni el ensañamiento (sufrimiento excesivo) ni la alevosía (indefensión de la víctima).Durante la lectura del fallo, los jueces dieron a entender que parte de sus argumentos se basaron en los informes psiquiátricos realizados a Cuello.Entre ellos se mencionó el de una perito que dijo que “no fue fácil llegar a comprenderlo (a Cuello)”, y que el condenado tenía “una melange, con patologías de diversos tipos”. Asimismo, para la Justicia quedó probado que el móvil del crimen fue la mala relación que tenía Cuello con Tomás, al que responsabilizaba de haber sido la causa por la cual se separó de su pareja, la madre del niño, con la que además tienen un hijo en común.Los jueces señalaron que, como dijeron los peritos, Cuello es “intuitivo, manipulador y maneja todo como en un tablero de ajedrez y mueve las piezas como quiere. Es frío. No es un psicópata puro, pero puede actuar de manera psicopática”.Sin remordimientosIncluso, resaltaron el hecho de que algunos peritos psicológicos indicaron que para Cuello “Tomás era una cosa” y que incluso cuando le daba muerte no tenía culpa de lo que estaba haciendo.No sirvió de nada que Cuello no poseía antecedentes penales, ni la buena conducta esgrimida por la defensa para que la Justicia lo encontrara “penalmente responsable” del crimen de su hijastro. “Fue un plan preparado por Cuello. Lo tenía planeado con anterioridad, sólo esperó el momento”, indicaron los magistrados. “Murió en momentos breves”BUENOS AIRES (Medios digitales). Adalberto Cuello se mostró calmo al escucha la sentencia. Pero su seño se frunció cuando fue descripto el hallazgo del cuerpo de Tomás. Allí movió lis labios nerviosamente, tragó saliva, repasó los labios con la lengua en forma intermitente y acomodó, una y otra vez las manos. Apenas leyeron la pena, Cuello fue retirado por las fuerzas policiales. Los familiares de Tomás se abalanzaron sobre el condenado. La madre del pequeño, Leonor Susana Santillán, rompió en llanto y se descompensó.“La muerte se produjo en momentos breves”, dijo la jueza Karina Lorena Piegari, citando a la perito Mirta Mollo Sartelli. “El número y la gravedad de los golpes fue para asegurar la muerte. Fue rápida y súbita, con golpes sucesivos e inmediatos”, dijo la jueza para descartar la figura del ensañamiento. La jueza diferenció el significado de la palabra “ensañamiento” y la figura del Código Penal. Además señaló que no hubo ensañamiento, porque Cuello no utilizó “innecesariamente” mecanismos para matar ni prolongó la provocación del dolor. “Fueron tres golpes certeros en la cabeza”, dijo el juez Miguel Vilaseca, quien sostuvo el veredicto -los fundamentos de la condena- leído antes de la sentencia. “Esta bestia va a estar donde debe estar”, dijo la madre de la víctima BUENOS AIRES (Medios digitales). Susana Santillán mostró su satisfacción con el fallo contra el ex padrastro de la víctima a poco de que éste fuera retirado del tribunal rápidamente y entre insultos. Conmovida, apenas dedicó unas palabras a la prensa: “A mi hijo no me lo devuelve nadie, pero esta bestia va a estar donde tiene que estar”.La mujer salió acompañada de su hermano Guillermo, quien también agradeció a la Justicia y aseguró que “Tomás puede descansar en paz”. Más tarde, Susana volvió a exponerse ante los medios de comunicación. “Hace un año que vivo sin mi hijo y sufro su falta, pero es como que esto (la sentencia) le da un cierre a todo. Entonces se sigue luchando con una mochila, pero sabiendo que esta persona (Cuello) va a estar adentro”, manifestó en declaraciones a la prensa. Sobre su relación de pareja con el asesino, la mujer aseguró que jamás vio indicios que la hicieran temer por la vida de su hijo: “Nunca imaginé que fuera a hacer una cosa así”.En cuanto a su futuro, la madre de Tomás comentó: “La vida sigue como la he llevado durante este año, y tengo otro bebé más que criar. Hay que vivir día a día, de a poco”.En tanto, la abuela del niño también manifestó su alivio: “Voy a poder estar tranquila y descansar en paz. Mi nieto está vengado”.Por su parte, el abogado de la familia, Carlos Torrens, calificó la sentencia como ejemplar. “Es un fallo excelente, acoge el agravante de la alevosía”, destacó. Torrens señaló que era “abrumadora la prueba de presunciones” y enumeró las imprecisiones y contradicciones de los argumentos de Cuello.





Discussion about this post