La devaluación del tipo de cambio y la liberación de precios de diciembre prepararon el terreno para un índice mensual de inflación que será récord en más de tres décadas, superior al 200% interanual.
Las consultoras estiman que el IPC estará por encima del 20% y algunas lo arriman al 30%, lo que deja un arrastre para el inicio de este 2024. El último mes del 2023 habrá implicado, así, un fuerte impacto inicial en el poder de compra de salarios y jubilaciones en el arranque de mandato del presidente Javier Milei.
El salto cambiario en el inicio del plan económico del gobierno libertario y el fin de los acuerdos con empresas que mantenían a raya una serie de precios relevantes de la economía provocaron una reacción inmediata en el ecosistema de precios, entre ellos en los alimentos.
Los aumentos de precios semanales relevados por consultoras privadas anotaron niveles récord, a ritmo de dos dígitos, algo que solo se había registrado para las mediciones con alcance mensual en los últimos meses.
Puesto en números, según Equilibra, “desde el balotaje la nafta subió 92%, los medicamentos 52%, cigarrillos 37% y varios productos dentro el programa de Precios Justos entre 40% y 60%”, enumeró la consultora, que para diciembre estimó un aumento de 26% del índice general.
Por su parte, Invecq midió que en el último mes del año pasado los precios subieron 22,8%, un guarismo más bajo pero que igualmente sería el incremento mensual general de precios más alto en 33 años.
“Este incremento extraordinario se explica principalmente por el aumento del tipo de cambio oficial (118%); y, en menor medida, por la paulatina corrección de algunos precios regulados. En su interior, se destaca la dinámica de los alimentos, cuyo precio trepó casi 34%”, destacó la consultora.
En ese sentido, Invecq mencionó que “los precios se dispararon tras la devaluación del 13/12 y aumentaron 9,4% en tan solo una semana. Desde aquel entonces, la suba morigeró su ritmo (aunque vienen creciendo a un ritmo de casi 30% mensual)”.
Para Libertad y Progreso, en tanto, con la información disponible hasta la tercera semana del mes, la inflación de diciembre viajaba a ritmo de 24,6%. “Siguiendo la trayectoria actual, proyectamos que la suba del IPC del mes se situará en torno al 29%”, indicaron. “En cuanto a la variación interanual, la misma rondó el 210%, y de confirmarse la proyección mencionada, cerraremos al año con una inflación acumulada de alrededor del 219%, la más alta desde 1990”.
La consultora LCG hace una medición particular de alimentos. “En la cuarta semana la inflación de alimentos desaceleró 4,4 puntos porcentuales respecto a la semana anterior”, indicaron. En la tercera de diciembre la remarcación de precios fue de 11,5%, mientras que en la siguiente desaceleró hasta 7,1%. “La suba promedia 27,1% en las últimas cuatro semanas y 36,1% punta a punta en el mismo período”, ampliaron.
La consultora PxQ midió que el IPC de diciembre rondará el 27,3% y calculó cuál fue el impacto en las jubilaciones. “Tomando en cuenta el bono anunciado, la jubilación mínima de enero pierde 21,8% de poder adquisitivo contra noviembre (último pico) y 17% si se las compara con su nivel de enero de 2023 (todo esto asumiendo una inflación de 30% para enero de 2024). La dinámica del haber mínimo jubilatorio viene siendo tendencialmente negativa desde septiembre de 2015, con un breve período de recuperación durante de 2022, para luego sufrir los embates de la aceleración inflacionaria que tuvo lugar en los últimos dos años”, mencionó la consultora que dirige Emmanuel Álvarez Agis.
La Fundación Mediterránea hizo ese ejercicio para medir el efecto en los salarios. “La devaluación de diciembre de 2023 bajó el salario privado formal hasta los 990 dólares, si se mide con el tipo de cambio oficial, o 660 dólares con el blue. Quiere decir que, actualmente, el salario formal privado en dólares resulta 41% menor al de noviembre de 2023, y un 74% inferior a noviembre de 2015”, estimó.
Y además, con una mirada hacia adelante, planteó un escenario en el que, con índices mensuales como los que se esperan para diciembre y enero, la competitividad cambiaria ganada por la devaluación será puesta a prueba. “Si la inflación resulta, por ejemplo, del 25% en diciembre y del 20% en enero, ya en febrero algunos tipos de cambio efectivos reales podrían ubicarse en valores negativos”, analizó.
El inicio del 2024 tiene elementos que ofrecerán una resistencia a la baja en el ritmo de inflación. Para Equilibra, “desde enero se irán sumando otras subas de precios que están atrasados”, planteó. “En febrero, vendrán las subas de electricidad y gas y, en marzo, llegará el turno a las escuelas privadas. Con esas subas previstas, es difícil pensar que el ajuste del tipo de cambio se mantenga en el 2% mensual más allá de enero”, indicaron desde Equilibra.
Fuente: medios digitales