Un plan “flojo e improvisado” pero para nada “poco osado”, coincidieron las voces consultadas y ligadas a la investigación del asalto a una distribuidora de gas de la avenida Maipú casi Francisco de Haro el martes por la mañana y que culminó con la detención de tres familiares, dos hermanos oriundos de La Plata, Buenos Aires y un misionero y empleado de la empresa víctima del robo calificado.
De los detalles que surgieron y que PRIMERA EDICIÓN pudo tener acceso, los asaltantes que irrumpieron a las 10.29 del martes en el local de Maipú, fueron dos y descendieron de una motocicleta Yamaha YBR 125 con los cascos colocados y simularon ser extranjeros con términos y tonada colombiana.
A golpes y amenazas de muerte, el encargado les entregó el dinero de caja hasta ese momento pero los asaltantes exigían que les abriera la caja de seguridad de la oficina de administración. La víctima resistió los golpes hasta que decidieron escapar los delincuentes. No tenía la llave para abrir la caja fuerte y hasta recibió lesiones de los ataques que uno de los “colombianos” le propinó con parte de la registradora de dinero.
Mientras esto ocurría, otro empleado ya había sido reducido y sus manos precintadas en las muñecas para que no intentara intervenir. Incluso una tercera víctima se registró cuando llegó al local un supuesto cliente.
De inmediato y con los modales típicos de estos actos, lo “invitaron a pasar” al comercio mientras que un arma tumbera le apuntaba a la cabeza.
Apremiados por el tiempo y sin chance para abrir la caja fuerte, decidieron escapar como llegaron, en la motocicleta. Tomaron la avenida Francisco de Haro hacia el sur pero no se percataron que al encargado no le quitaron el teléfono celular, por lo que rápidamente alertó al 911 y se emprendió el operativo de contingencia que con los registros de cámaras de seguridad obtuvo el posible sitio donde se ocultaron los “motochorros”.
Las labores se ampliaron con efectivos de las comisarías Tercera y Decimosexta, ambas de la Unidad Regional I y las direcciones Investigaciones Complejas y Cibercrimen, primero para interceptar en Candelaria en inmediaciones a la planta central de la distribuidora de gas en garrafas, a un hombre de 31 años y empleado de la firma. Entre sus pertenencias, le secuestraron cinco teléfonos celulares, documentos y 75 mil pesos en efectivo.
Incomunicado el sospechoso, los pesquisas apuntaron acto seguido al barrio Los Paraísos en Posadas. Allí le solicitaron al juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, las autorizaciones para desplegar dos procedimientos con apoyo de la Dirección Infantería.
La orden se firmó y los policías concretaron los arrestos de dos hermanos -de 29 y 36 años- provenientes de la capital bonaerense y confirmaron que, además de tener la motocicleta buscada y un arma casera, eran primos del “empleado infiel” que habría actuado como “entregador o datero” para intentar robar la caja fuerte a plena luz del día. El botín que habrían obtenido en el golpe, no superaría los 200 mil pesos.