Todos sentimos miedo alguna vez, esa sensación de querer hacer algo, pero no animarnos por las posibles consecuencias, que no sabemos si llegarán.
Temor a lo desconocido, temor a arriesgar y perderlo todo, temor a amar y salir heridos, temor a mostrarnos vulnerables y que se rían, temor a no tener dinero y temor a tenerlo y perderlo todo.
Si lo pensamos, el temor puede estar en todos lados y si no lo hacemos consciente, se transforma en un hábito. El miedo es algo que todos tenemos en alguna parte de nosotros porque viene de nuestros ancestros, es algo aprendido desde los primeros hombres como una herramienta para sobrevivir.
Nuestro cerebro está entrenado para estar alerta a lo negativo y a los peligros porque su misión es ayudarnos a sobrevivir, pero justamente sobrevivir no es vivir plenamente. Por ello, es importante entender que el miedo es algo aprendido, es un hábito y está en nosotros modificarlo.
El primer paso es hacerlo consciente, darnos cuenta cuándo estamos actuando desde el miedo, tomarnos el tiempo de entender de dónde viene ese miedo.
Darnos cuenta que ese miedo es heredado y no nuestro, entonces decidir qué creencias propias y nuevas vamos a elegir, que en lugar de atemorizarnos nos empoderen.
Como todo hábito, se construye paso a paso, no es algo que ocurre de la noche a la mañana, pero se logra, con conciencia y disciplina, observando nuestros pensamientos, y tomando en cuenta solo aquellos que nos den fuerzas para dar pasos hacia adelante.
Hace tiempo escuché una frase, ya no recuerdo su autor y decía: “aunque tenga miedo, hágalo igual”. Y esa es la clave, si lo que queremos hacer nos acerca a nuestros sueños, aunque sintamos miedo, hacerlo de todas formas.
Preparando la mente, eligiendo nuevos pensamientos que nos empoderen y pasando a la acción con pasos adelante a pesar de los miedos, haciendo que nuestros sueños sean más fuertes que nuestros temores.
Como expresaba el maestro Miyagui en la película Karate Kid I: “Está bien perder con el oponente, pero no con el miedo”.
Por Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
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