Un día el abuelo me dijo: “Cuando aprendas a ser feliz podrás amar; cuando aprendas a amar de verdad aprenderás a ser libre y esto posibilitará que seas cada vez más fuerte, más sensible y aprenderás a gobernarte, y entonces crecerán tu coherencia y tu poder. En ese momento y no antes, podré enseñarte a hablar con la Madre Tierra, con los hermanos árboles y con los animales”.
Chamanismo es volver a la vida desde el poder de elegir. Para nosotros, la vida es un ritual que se aprende, es una zona sagrada donde hace falta encarnar la reverencia. Es importante saber quién eres, es urgente saber quién no eres. Chamanizando tu vida recuperas tu memoria, poco a poco irás recordando quién eres y también comenzarás a darte cuenta de lo que no eres, de lo que sembraron en ti, de lo que te dijeron desde pequeña en la familia, la escuela, la religión y que no contribuyó a la liberación de tu potencial interior. Reconstruye tu identidad, desaprende lo que no eres.
“Para nosotros la vida comienza aprendiendo a vivir en paz con uno mismo, en armonía solidaria con los demás y en profundo respeto a toda forma de vida” me dijo aquel abuelo. En cambio, Occidente fomenta el individualismo y practica con devoción el consumismo. Sus ciudades son cementerios donde los muertos se creen vivos.
Quien es fuerte, no necesita usar la violencia que es un recurso desesperado de los débiles y dormidos. El aprendiz chamánico está unido a la Tierra, a la vida. Es que nosotros crecemos con la vida y estamos conectados al Universo. Lo que tú no hagas quedará sin hacerse porque nadie podrá dejar las huellas que tú no te atreviste a dejar. Reconstruye tu vida desaprendiendo lo que te perjudica y aquello que no necesitas.
Es preciso despertar. Despertarse es comenzar a brillar, empezar a ser mujer, empuñar tu sensibilidad y atreverte a sentir y presentir, es entonces que el amanecer de tu vida habrá comenzado; la espada es el amor, el escudo el humor y la vida, el desconocido arte de vivir al cual podrás iniciarte.
Comenzamos a vivir recién cuando nos despertamos, la vida de la gente dormida no es vida es mera supervivencia. Permanecer dormida es detener la evolución; resulta sorprendente encontrar mujeres que viven satisfechas con su autoengaño, uniformándose cuando manda la moda y maquillándose con un barniz de felicidad.
Solo la mujer despierta está completa; no se trata de ser perfecta, pero es imprescindible haberse despertado y, a continuación, iniciarse en el aprendizaje del sagrado arte de vivir.
* Soy CHAMALU.