Desde que Javier Milei fue electo como presidente de Argentina, una sigla que resuena constantemente es Leliq (Letras de Liquidez), instrumentos de deuda emitidos por el Banco Central (BCRA) a corto plazo.
El gobierno entrante las cataloga como “bomba” para la economía y desde el 10 de diciembre su desactivación quedaría en manos de Luis Andrés Caputo, quien sería ministro de Economía.
La prioridad absoluta del presidente electo será el desarme de las Leliq y en el equipo libertario el tema es considerado importante al punto de que no se considera viable el desarme del cepo cambiario y normalizar el comercio exterior sin antes dar una solución a los pasivos del Banco Central.
Las Letras de Liquidez del Banco Central se crearon en 2016, como una medida para absorber liquidez del sistema financiero y evitar que la inflación se descontrole.
El BCRA emite Leliq a una tasa de interés mayor que la tasa de interés de los plazos fijos, lo que incentiva a los bancos a depositar sus excedentes de liquidez allí, en lugar de colocarlos en plazos fijos.
Las Leliq son consideradas un instrumento de política monetaria muy flexible, ya que el BCRA puede emitirlas o retirarlas del mercado en función de las necesidades de liquidez del sistema financiero.
Estas han sido utilizadas para financiar el déficit fiscal, lo que generó críticas por parte de algunos economistas. Sin embargo, el BCRA ha defendido su uso argumentando que son una herramienta necesaria para controlar la inflación.
Leliq: características
- • Son instrumentos de deuda emitidos por el BCRA.
- • Tienen un plazo de vencimiento de hasta 30 días.
- • Se emiten a una tasa de interés mayor que la tasa de interés de los plazos fijos.
- • Son consideradas un instrumento de política monetaria muy flexible.
“Inflación reprimida”
El periodista Damián Di Pace explicó en su cuenta de X por qué es clave resolver el tema para el gobierno entrante. “Las Leliq son inflación reprimida”, comenzó detallando y agregó: “Si los bancos pasan Leliq a querer $$$ esos irán contra bienes en la economía o contra el dólar en el mercado. La hiperinflación estaría muy cerca y la pobreza e indigencia crecería a números intolerables y la futura gestión pagaría un precio muy alto por un costo que no asume la gestión saliente”.
En la misma línea señaló que Argentina hoy está “en el top 5 de países con mayores niveles de inflación interanual a nivel mundial junto a Venezuela, Líbano, Zimbabue y Turquía”. Y agregó: “La tasa de interés es una de las herramientas de política monetaria más asociada a la inflación. Las autoridades monetarias la usan como una herramienta de ‘stop and go’ para frenar la economía real y disminuir la presión sobre la variación de precios”.
Sobre la actualidad económica de Argentina, el analista económico fue claro: “Cuando la tasa de interés baja por debajo del nivel proyectado de inflación, se promueve el consumo. Y cuando esa tasa de interés se subsidia hasta 4 o 5 veces, la tasa de mercado más que política monetaria se asocia a una política electoral de turno. Es lo que hizo el gobierno saliente”.
“Se imprimió más moneda. Se transformó en Leliq y remuneran $2 billones por mes. Los Pasivos del BCRA no paran de crecer. Monetizar esa deuda equivaldría a riesgo de hiperinflación. Más de 50% mensual y más de 1000% anual”, explicó.
Y detalló que “a todos nuestros vecinos de la región les llevaría hasta más de 3 siglos lo que nosotros logramos en una década”, y agregó: “No hay paciente que pueda ser salvado de una enfermedad grave si no entiende que la cura y tratamiento debe ser excepcional”.
“La base monetaria creció solo 65% porque el excedente de dinero es esterilizado vía Leliq, que incrementa pasivos remunerados del BCRA que implica más inflación futura”, señaló.
Luego Di Pace explicó por qué se acelera la inflación en el presente: “La desconfianza en la política económica es tal que los argentinos se sacan los pesos de encima a mayor velocidad, aumentando su circulación e incrementando la variación de precios. Recuperar confianza en nuestra moneda solo es posible con medidas contundentes desde el día 1 de gobierno”.
Posición de los bancos
Mientras Caputo llama a sus contactos, el mercado da señales de escepticismo respecto de que se pueda contar con una ayuda millonaria de fondos privados para resolver el problema de los pasivos del Banco Central.
Concretamente, el Presidente dijo que para la solución al problema de las Leliq se está trabajando en una fórmula que implicará la asistencia financiera de un fondo del exterior.
Lo cierto es que, con un volumen de $23 billones -equivalentes a US$ 65.000 millones al cambio oficial y a US$ 26.000 millones al paralelo-, en el mercado reina el escepticismo respecto de que esa misión pueda llegar a buen puerto.
Por lo pronto, resultó muy elocuente la actitud defensiva de los bancos, que el pasado martes apenas renovaron el 40% de las Leliq que vencían, y prefirieron llevar ese dinero en parte a la compra de bonos del Tesoro y, sobre todo, a las colocaciones de corto plazo conocidas como “pases pasivos”, que otorgan liquidez en 24 horas.
Licuación
Un ejecutivo de uno de los bancos líderes de capital extranjero confió a iProfesional que la presunción que hay en el sistema financiero es que finalmente se buscará una fórmula como la que viene proponiendo Carlos Rodríguez, consistente en bajar de manera gradual la tasa real que pagan las Leliq.
En otras palabras, una “solución del problema” por la vía de una licuación, dado que se espera un fuerte ajuste cambiario con su inevitable contagio inflacionario.
De momento, esa presunción no se ha traducido en una huida del peso, en parte porque el propio cepo cambiario no deja mucho margen de acción a los inversores.
Pero los analistas observaron como un dato elocuente el hecho de que haya una disminución de la tenencia de Leliq al mismo tiempo que se incrementa la colocación de pesos en los llamados “pases pasivos”.
Con la primera opción los bancos cobran un interés mayor pero inmovilizan el dinero por 28 días, mientras que en los pases sacrifican tasa pero tienen asegurada liquidez en 24 horas.
Como esos pesos que no se renuevan quedan dentro del sistema bancario, no hay un riesgo inmediato de que se transformen en pesos inyectados al mercado que puedan presionar la inflación.
Analistas del mercado indicaron a iProfesional que, incluso si ese dinero fuera a parar a colocaciones en fondos de inversión money market, de todas formas terminarían transformándose en plazos fijos, lo que implica que otra vez volverían al circuito de Leliq o pases.
Qué opina el FMI de las Leliq
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no le planteó nunca al Gobierno como un problema el crecimiento de las Leliq que aterra a la administración entrante.
La cuestión apenas quedó reflejada en las diferentes revisiones que realizó el organismo que lidera Kristalina Georgieva y fuentes calificadas del equipo económico afirmaron que nunca fue un tema de preocupación para el staff de Washington.
“Lo único que plantearon fue que hay bolsones de liquidez de largo plazo, pero eso no se reflejó en pedidos de alguna medida en particular ni en presiones”, indicó la fuente a Infobae.
La respuesta del Banco Central fue que el alto stock de estas letras responde a la baja demanda de créditos y que, en un contexto de más confianza y estabilidad, si esta situación se revierte, la cuestión de las Leliq dejará de ser un problema. Por lo tanto, no necesita de ningún remedio específico, como los analizados por Emilio Ocampo o Luis Caputo, entre otros.
En su revisión de abril del programa firmado con el Gobierno en 2022, el Fondo señaló que “el sistema bancario argentino sigue siendo pequeño (activos equivalentes al 40% del PBI) y, a pesar de sus sólidas reservas de capital y bajos niveles de morosidad, su capacidad para absorber títulos de deuda pública, en caso de tensión, puede verse complicada por su exposición al sector público en general, que, una vez incluidos los títulos del banco central (Leliq), se sitúa en torno al 50% de los activos totales”.
Al contabilizar la deuda pública en su última revisión, llevada adelante en agosto pasado, el staff del Fondo indicó que en 2022 el stock de Leliq y pases llegó en 2022 a US$ 59.200 millones (12,7% del PBI), este año a US$ 66.900 millones (15,5%), en 2024 pasaría a US$ 66.900 millones (13,2) y en 2025 a US$ 61.600 millones (11,5%).
Ocampo vs. Caputo
La propuesta que presentó la consultora Anker, fundada por el exministro de Finanzas y también expresidente del Banco Central, Luis Caputo, fue “muy bien recibida” en términos técnicos; sería “una solución de mercado” con un mecanismo que él aplicó durante 2018, en su breve paso por el BCRA antes de su enfrentamiento con los funcionarios del FMI que lo eyectó de la función pública, hasta ahora.
Se trata de la cancelación progresiva de las deudas del Central, que migren a títulos del Tesoro en coordinación con la Secretaría de Hacienda; en el mercado creen que incluiría la activa participación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS.
En tanto, Ocampo proponía crear un fondo de estabilización monetaria “para reorganizar la deuda que tiene el Banco Central” con las Leliq.
Fuente: iProfesional e Infobae