El pasado 4 de noviembre, la vidriera del local que está en planta baja del edificio Sofía, “estalló” de manera sorpresiva, situación que generó preocupación. Como el dueño del inmueble informó a los Bomberos de la Policía que la estructura presentaría grietas, en aquel momento se ordenó la evacuación preventiva del inmueble que posee cuatro pisos y seis departamentos.
Finalmente, este viernes, tal como el propietario lo comunicara administrativamente a la Municipalidad de Posadas, comenzaron los trabajos de apuntalamiento que son realizados por una empresa especializada en el tema.
Cabe recordar que el ingeniero Kristian Edsberg, a quien la Municipalidad de Posadas recurrió como consultor para saber qué hacer con el inmueble había manifestado que “así como está, el edificio es inhabitable”.
Además, Edsberg había advertido que “hay que apuntalar por lo menos tres pisos, porque si llega a fallar una losa de arriba, la de abajo no soporta la carga. Esa estructura ya tiene una deriva de más o menos 12 centímetros, está torcida. ¿Y qué pasa con las otras columnas, que a lo mejor están subdimensionadas, como ésta que falló? El apuntalamiento hay que hacerlo obligatoriamente para reforzar la estructura, ya sea para hacer las reparaciones o para demoler”.
Finalmente, desde primera hora de este viernes los obreros de una empresa local de ingeniería trabajan en el lugar con todos los recaudos necesarios y observando cada detalle de las paredes que le pudieran alertar sobre algún hundimiento.
De acuerdo a los datos obtenidos por PRIMERA EDICIÓN, los obreros hicieron pie en el lugar el último jueves por la tarde donde el ingeniero y su equipo inspeccionaron la parte del ingreso para determinar qué elementos necesitarían emplear, más allá que ya habían accedido a los estudios realizados por los especialistas contratados por la Municipalidad de Posadas, para la evaluación de la estructura del Sofía.
En principo, hoy reforzaron toda la contención que se había efectuado de manera inicial, cuando sucedió el estallido de la vidriera que disparó el alerta y la intervención de los bomberos que terminó con la evacuación de quienes vivían en ese lugar.
El apuntalamiento lo realizaron con madera en la parte voladiza, del balcón del edificio, sobre la vereda de la avenida Mitre, instalando cada 60 centímetros puntales de 4 pulgadas (4×4) y en la parte interna en tres posiciones, de forma lineal, al igual que en la viga existente.
Una vez concretada la primera parte los obreros continuarán revisando la zapata principal, situada sobre la línea de edificación municipal, donde deberán excavar para verificar el estado de la misma, puntualmente sobre la esquina lindante con el terreno donde funciona un estacionamiento y que fue la que cedió. En ese mismo sector harán el mismo procedimiento con la columna existente y reforzarían la estructura con la construcción de otras dos columnas más.
Una vez que consigan consolidar lo existente recién podrán avanzar sobre otros sectores del edificio, para ello, la semana próxima podrían cargar las dos nuevas columnas que demandarían un mes de fraguado, aproximadamente.
Los puntales colocados inicialmente cuando ocurrió el estallido de la vidriera de planta baja, hasta el momento resistieron perfectamente pero son monitoreados permanentemente por los obreros, quienes tienen en cuenta cualquier “aviso” del edificio, a través de algún desprendimiento del revoque, rajadura, grieta o hundimiento y mirando hacia arriba por si cede en alguna parte.
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