Pase lo que pase al final de esta jornada, muchas cosas seguramente cambiarán de cara a lo que viene y más aún de diciembre en adelante.
Los argentinos fuimos procesando esta larga y cruenta crisis en capítulos cada vez más complejos, pero expertos en esto de prevalecer, llegamos a una nueva oportunidad para revalidar con nuestras decisiones el rumbo que tomará el futuro en el corto y mediano plazo.
El desafío es monumental, pero quien termine siendo ganador absoluto hoy o en una eventual segunda vuelta, tendrá el aire que representa el mayoritario apoyo popular. Al fin y al cabo de eso de trata la jornada de hoy, de definir quién hará las modificaciones necesarias para torcer el rumbo de crisis y cortar con la inercia negativa.
Ojalá que quien se quede con la mayoría de los votos lo logre. Y ojalá también que a quienes les toque perder desarrollen una oposición responsable y empática con la sociedad que viene haciendo sacrificio tras sacrificio y que, en las Primarias, dejó planteado su reclamo a la clase dirigencial toda.
A partir de lo que anunciaron en sus plataformas de campaña y en los debates, gane quien gane hoy o en la segunda vuelta prevista para el domingo 19 de noviembre, habrá cambios de moderados a significativos en las variables básicas de la economía, por pensar nada más que en un aspecto de gobierno.
Hoy es un nuevo día de oportunidades para todos. Ellos, los dirigentes, tienen la chance de justificar el apoyo social. Nosotros, los ciudadanos, tenemos la chance de hacernos oír.