Mientras crece de forma escandalosa la tendencia del “delivery” para la compra y venta de pollitos bebé, una práctica ilegal que se gestó a partir de las restricciones por la gripe aviar, las inspecciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) arrojan resultados negativos y solo unas pocas granjas fueron aprobadas en la tierra colorada para funcionar como centros de distribución.
“Lo que está ocurriendo es que se manejan por las redes sociales y no logramos detectarlos (in fraganti) se hacen operativos periódicos a las agropecuarias y cada vez que vamos no encontramos nada. De 100 denuncias que se hacen, se pueden comprobar dos”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el referente local de Agricultura Familiar del SENASA, Gabriel Gómez, consultado sobre los resultados de las inspecciones.
“Así como se lo puede ver en las redes sociales, en las oficinas del SENASA también se recibe esa información, se hacen las averiguaciones pero lamentablemente se mueven de una manera inverosímil”, acotó.
De alguna forma (nadie admite saber de cuál) las pequeñas aves ingresan a la provincia sorteando las rigurosas inspecciones que existen para proteger la salud de la industria avícola y garantizar que se cumplan las normativas establecidas y se venden, con bastante desparpajo, por cierto, en las redes sociales.
En ese sentido, al ampliar su relato, el titular de Agricultura Familiar del SENASA sostuvo que no se han comprobado las denuncias, porque supuestamente las entregas de las aves suelen ser en horarios nocturnos o a altas horas de la madrugada para así lograr eludir los operativos. “Da la impresión que el mismo que está denunciando es el que vende los pollitos, porque cuando vamos al lugar no encontramos nada”, reconoció el funcionario.
Recientemente, se llevaron a cabo dos operativos en agropecuarias con resultados positivos, uno de ellos en Apóstoles y otro en Oberá, con la incautación de alrededor de 150 pollitos, “números que son mínimos para lo que representa la problemática real”, acotó el presidente de las Interferias de Misiones, Vilmar Müller, al ser consultado sobre lo mismo por este Diario.
“De 100 denuncias solamente en dos ocasiones se los pudo agarrar en pleno hecho. Con lo que se publica en redes sociales no alcanza para labrar un acta. Por lo pronto, nuestro departamento jurídico nos indica que no son una prueba fehaciente como para iniciar un expediente”, dijo, en tanto, Gómez.
Por esa razón, el hombre enfatizó la importancia de trabajar de forma conjunta con la asociación provincial de Ferias Francas y haber podido acordar con el INTA, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), Salud Pública, Ministerio de Agricultura Familiar, direcciones de bromatologías y las municipalidades para poder llevar adelante el proyecto para crear los centros de distribución, pero bajo las condiciones adecuadas.
“Deberíamos tener la sociedad organizada para que no haga lo que lamentablemente hace”, reflexionó el funcionario del SENASA. De acuerdo a su análisis, el contrabando tiene un fuerte arraigo cultural y, para eliminar su práctica, hace falta sobre todo, educación.
“Están los que venden, están los que compran estos pollitos, pero no sabemos quién compra. Y esa es la cuestión medular, porque sin clientes no habría venta ilegal”, destacó.
Experiencia
Como experiencia de trabajo para erradicar la venta ilegal por medio del restablecimiento de su comercialización legal, se trabaja para poner en marcha los centros de distribución y hacer un trabajo de fondo con los productores para que ordenen su producción y puedan formar parte del circuito comercial, para lo cual requieren la habilitación sanitaria.
“En el caso de la cooperativa avícola de Wanda, ellos nos solicitaron trabajar con dos granjas, pero solo una de ellas presentó lo requerido para su habilitación y la obtuvo”.
“Lo mismo pasa con el sector privado (agropecuarias y veterinarias) que nos plantea sus reclamos para poder comprar y vender, pero a la hora de cumplir con la normativa no llegan. Entonces, se debe pasar por un proceso que no suele ser rápido, para que en algún momento lleguen con las exigencias y que la comercialización se concrete”, finalizó
De hecho, en Wanda solo hay un productor habilitado y otros dos gallineros, en El Soberbio y Salto Encantado están en esa misma tratativa y probablemente reciban la habilitación la semana entrante. Sin embargo, por el momento, todavía no tuvieron éxito las gestiones para que las agroveterinarias y veterinarias consigan los permisos para distribuir los pollitos con sus documentos de tránsito.