A lo largo de la historia, diversas culturas han abordado la sanación energética de diferentes maneras, desde el uso de cristales y piedras hasta las prácticas de acupuntura y yoga.
Sin embargo, más allá de las técnicas específicas, el objetivo común es el mismo: sanar, equilibrar y armonizar la energía en nuestro ser, para potenciar nuestro bienestar en todos los niveles.
La sanación energética es una herramienta poderosa para aquellas personas que buscan una visión integral de la salud y el bienestar.
No solo trata los síntomas de una enfermedad, sino que aborda las causas más profundas que la originan. Al reconocer la conexión entre nuestra mente, cuerpo y espíritu, podemos comprender cómo las emociones, pensamientos y experiencias de vida derivan de nuestro flujo energético.
Desde el lugar que actualmente me toca trabajar, siempre presento, demuestro y trabajo con Sanación Pránica, que fue diseñada por Master Choa Kok Sui, como complemento a la medicina tradicional y con resultados positivos altamente comprobados.
Trabajando con nosotros mismos: un tip para sanar nuestra energía.
La sanación energética no se limita a las sesiones con terapeutas o expertos sino que también puede ser una práctica personal poderosa para mejorar nuestra calidad de vida. Aquí te presento un consejo sencillo pero efectivo para empezar a trabajar con tu propia energía:
Meditación de conexión interior
La meditación es una herramienta invaluable para la sanación energética, ya que nos permite calmar la mente, acceder a nuestro mundo interior y conectarnos con nuestra esencia más profunda. Dedica al menos 10-15 minutos al día para practicar esta meditación:
Busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodamente, preferiblemente en posición de loto o con la espalda recta.
Cierra los ojos y comienza a respirar profundamente, inhalando y exhalando solamente por la nariz.
Enfoca tu atención en tu corazón y visualiza una luz cálida y brillante que emana de él. Siente cómo esa luz se expande a medida que inhala y llena todo tu cuerpo de energía positiva.
A medida que exhalas, imagina que estás liberando cualquier tensión, estrés o emoción negativa que puedas estar cargando.
Permítete sentir la conexión con tu ser interior, con tu esencia más pura y amorosa. Permanece en este estado el tiempo que desees, sintiendo esa conexión y energía que fluye en tu interior.
Al practicar esta meditación periódica, estarás abriendo las puertas a la sanación de tu energía interna. Te despertarás más centrado, en paz y con mayor claridad mental para enfrentar los desafíos diarios.