Para que tu perro aprenda su nombre y obedezca al llamado sin titubear tendrás que entrenarlo con paciencia, constancia y en un lugar con pocas distracciones.
Lo primero que hacemos, al incorporar un cachorro a la familia, es buscarle un nombre. Aquí es donde nos volvemos creativos o terminamos optando por nombres clásicos o muy comunes.
Lograr que el perro se identifique con su nombre y reconozca que lo están llamando no es difícil, pero debes seguir ciertas pautas.
Para que tu peludo aprenda su nombre, lo ideal es que sea corto y simple. Los especialistas recomiendan que no tenga más de dos sílabas, resultará práctico y eficaz cuando necesites llamarlo en cualquier situación.
Para conseguir que tu perro responda fácilmente al llamado, ambos deben contactar visualmente. Cuando logres que te mire y acuda al llamado significa que asocia esa palabra consigo mismo.
Al inicio del entrenamiento, lo indispensable es hacerlo en un espacio tranquilo, sin distracciones y tener premios a mano.
A una distancia de máximo 50 centímetros, llama a tu perro por su nombre cuando no te esté mirando. Cuando te mire, prémialo con palabras como “bien” o “muy bien”, en un tono amable y dale su premio. Luego, para asegurarte que relaciona su nombre con algo positivo debes ensayar en situaciones con mayor distracción y cerca a otras personas.
Por último, nunca lo llames para castigarlo ya que así aprenderá que ese sonido significa un castigo y evitará hacerte caso.
El buen vínculo con tu perro es esencial para lograr cualquier aprendizaje.