POSADAS. Testigos de un procedimiento policial, realizado el 7 de octubre pasado en inmediaciones de las avenidas Ituzaingó y Las Heras, donde supuestamente se producía un enfrentamiento entre dos grupos de violentos, aseguraron que los uniformados efectuaron disparos de arma de fuego en presencia de niñas y niños de entre diez y doce años y que la Justicia no quiso investigar pese a que había una denuncia en el expediente.Una testigo, que al parecer terminó imputada también en la causa, habría aportado al menos ocho vainas servidas de pistolas 9 milímetros a la Justicia.Según ella, las recolectó en el escenario de la reyerta al día siguiente.El dato no es menor, porque todos los uniformados habrían negado en sede judicial que hubieran efectuado disparos.El caso adquirió mucha trascendencia porque un cabo de policía, identificado como David Cáceres, de 28 años, recibió un botellazo en la cabeza en medio de la batahola.Fue trasladado de inmediato al hospital Madariaga y desde allí a una clínica privada. El parte médico informó que sufrió traumatismo cráneo encefálico grave, con hundimiento de cráneo.Permaneció seis días internado y afortunadamente recibió el alta médico. Este mismo hombre, ya repuesto, habría dicho que en el lugar del procedimiento había niños de entre diez y doce años.Nada justifica la violencia de veinte o treinta energúmenos pero tampoco de aquellos que deberían garantizar orden y tranquilidad.Una ex policía habría aportado ocho vainas de pistola 9 milímetros. Nadie puede asegurar que hubieran sido disparadas por los uniformados, porque para ello es necesaria una serie de pruebas balísticas.La Justicia en lugar de investigar en profundidad si hubo exceso policial o no, decidió declarar la nulidad de lo expresado por esa mujer, porque al parecer terminó imputada en el hecho.“Más allá de esta circunstancia, lo correcto hubiera sido que se abriera una causa por el incidente paralela para determinar si esa denuncia era cierta o no y si esas vainas fueron expulsadas por las armas policiales”, señaló indignada una persona vinculada a las actuaciones. La causa tiene tres o cuatro imputados, entre ellos un policía Federal, un conscripto y un aspirante al Ejército. Además de la mujer, ex policía, que habría acercado las ocho vainas servidas a la Justicia. ImputadosLa causa cobró notoriedad porque el cabo David Cáceres terminó hospitalizado con riesgo de vida a causa de un botellazo. Sucedió el 7 de octubre pasado, alrededor de las 7.30.En aquella oportunidad se informó que la Policía acudió a la intersección de las avenidas Ituzaingó y Las Heras por una denuncia telefónica referida al supuesto enfrentamiento entre dos grupos de unos treinta vándalos.Sin embargo, vecinos y allegados a algunos de esos protagonistas indicaron que la primera patrulla arribó al lugar y se encontró con un coche con la música alta. Allí, por cuestiones del momento, se inició una discusión entre los jóvenes que escuchaban música y bebían con los uniformados, que pretendían detener al padre de uno de ellos.Lamentablemente, todo terminó de la peor manera, porque comenzaron a volar todo tipo de objetos sobre los móviles policiales. En determinado momento, el cabo Cáceres se desplomó con la cabeza bañada en sangre.En sede judicial, una vez recuperado, habría dicho que no vio a su agresor. Ahora trascendió que una testigo aseguró que los policías efectuaron disparos frente a niños. Cáceres no declaró sobre la existencia de disparos, pero sí habría dicho que había menores.





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