Una vez más, la empresa prestataria del servicio de agua potable de Posadas, SAMSA es noticia por los elevados precios que exige para realizar una conexión de agua potable y cloacas.
Ayer se conoció el caso del rector de la Universidad Nacional del Alto Uruguay (UNAU), Magno Ibáñez, quien relató enojado a FM 89.3 Santa María de las Misiones como dicha empresa, para conectarle el agua potable y el servicio de cloacas a una propiedad privada -casa-, le cobró más de 500 mil pesos, con el agregado de que debía pagarlo todo de una sola vez.
Ahora el reclamo viene por parte de la parroquia Jesús Misericordioso del barrio Itaembé Miní, a la que SAMSA le pide más de un millón de pesos para realizar el mismo trabajo.
El año pasado, la comunidad católica de dicho barrio recibió una importante donación por parte de una vecina quien dejó escrito en su testamento que entregaba un terreno de 10×50 metros a la parroquia Jesús Misericordioso. La intención de esta mujer era que allí se construya una capilla y un salón donde los abuelos del barrio pudieran realizar distintas actividades.
“Nosotros recibimos el terreno con alegría, y el año pasado hicimos un pedido a Cáritas nacional para ver si nos podían donar algo de dinero, para iniciar el proyecto“, relató el padre Gervasio Silva, de la parroquia Jesús Misericordioso, en diálogo con FM de las Misiones
De esta manera, lograron reunir un millón cien mil pesos para comenzar las obras. Además, consiguieron una vieja capilla de madera, la cual iba a ser desmontada y reensamblada en este terreno ubicado sobre la avenida 200, casi 147.
“Con el dinero que teníamos íbamos a hacer la base de material, que más o menos para eso nos alcanza el millón, y con la capillita vieja vamos a construir el salón. Queremos hacer una capilla SUM, que sirva para hacer misa pero también para reuniones“, detalló Silva.
No obstante, cuando quisieron iniciar los trámites para conectarse a la red de agua y cloacas se llevaron una triste: “El presupuesto que nos pasaron desde Samsa es de 1.047.832,86 pesos“.
“La verdad que nos quedamos atónitos y entristecidos, porque es un monto que no nos da para afrontar, no podemos. Esta es una comunidad humilde, no es un barrio residencial, el ingreso de cada familia es poco, no podemos enfrentar ese gasto“, se lamentó el párroco. “Vamos a ver que hacemos, porque no queremos frenar tampoco nuestro proyecto”, agregó.
Para más, al igual que le ocurrió al rector de la UNAU, Magno Ibáñez, SAMSA pide que el pago sea al contado.
Por lo pronto, la comunidad realiza distintas actividades para recaudar fondos, pero la realidad es que difícilmente alcancen juntar esta elevada cifra. “Hacemos feria de ropa, venta de pastelitos, pero con este ingreso recién dentro de tres años juntamos el millón, y el presupuesto es por 30 días…“.
“Lo que a mí me llama mucho la atención es que nosotros estamos planeando una capilla, pero cómo hace la gente que está ahí, que tampoco tiene agua y está en la misma situación. No es solo un problema nuestro, es un problema de varios vecinos que tienen que ver cómo hacen para tener acceso a algo que es un derecho humano básico“, cuestionó.
“Esto deja al descubierto una realidad y una carencia grande que hay acá en la zona, la carencia del agua es algo problemático. Tengo amigos en el barrio Pellegrini, que es un barrio residencial, y también tienen problemas de agua, hay un pozo perforado que comparten los vecinos pero que no los abastece a todos y que sufren la falta de agua”, continuó.
De momento, los feligreses se reunirán esta semana para evaluar qué hacer. “Acá hay una empresa, cerca de la parroquia, de pozos perforados, vamos a averiguar cuáles son los otros costos también, ver otras salidas. También hicimos alguna gestión con la Municipalidad, a ver si nos pueden dar una mano, pero todavía no tenemos una respuesta de ningún lado“.
A pesar de todo el padre Gervasio Silva se mostró optimista y con la fe de que todo llegará a buen puerto, y la parroquia finalmente podrá ser construida. “Lo vemos con una mirada de fe a todo esto, y no es para nosotros un consuelo, es realmente una expresión de fe. Si es de Dios esto va a salir, si Dios lo quiere vamos a encontrar el camino. Estamos esperanzados, vamos a ponernos manos a la obra, vamos a trabajar, a gestionar, y estamos seguros que de alguna forma va a terminar saliendo“, cerró.