Días después que PRIMERA EDICIÓN dio a conocer el caso de la madre que le ganó al Grupo Z y consiguió la entrega de tarjetas SUBE nuevas para no pagar más caro los boletos; muchos se preguntaron en las redes sociales y en los comentarios de la nota cómo hizo Marcela Alersan Correa para conseguirlo.
La mujer dio una entrevista a FM 98.3 Santa María de las Misiones con sugerencias y consejos, además de recordar los meses que pasó de gestiones infructuosas en las oficinas de la SUBE en la transferencia. Hasta reveló haber visto que una administrativa tenía plásticos recién impresos en el escritorio mientras a ella se los negaban.
En la transferencia UNaM llegaron a pedirle que lleve a sus hijos a la escuela con su QR para no darle las SUBE. Marcela, como muchos otros, trabaja todo el día y uno de sus niños asiste a una escuela de jornada completa en Santa Inés, con lo cual se le imposibilitaba acompañarlo para que la cubra los subsidios. El otro va al BAPAyC, le funcionó hasta hace poco la tarjeta pero, a mediados de mayo, lo bajaron del colectivo que debía llevarlo a la transferencia y de allí a Ñu Porá porque la lectora no la reconoció.
Marcela es jefa de hogar y hace mucho esfuerzo por poner el alimento en la mesa familiar diaria. Pero debió pasar una odisea hasta conseguir el resultado.
Cronología
En marzo, con el inicio del ciclo lectivo, sus hijos no pudieron hacer uso de un derecho que la provincia promociona con énfasis: el Boleto Estudiantil Gratuito porque las tarjetas no funcionaban.
En abril, Marcela comenzó a averiguar qué debía hacer, qué indicaba la normativa vigente, y comenzó a realizar los trámites.
“En las oficinas de la SUBE se burlaban de mí. Me atendieron mal, me sentí humillada y sin valores. Me tomaron por ingenua o analfabeta. Pero una mañana tomé la decisión de ir a Defensa del Consumidor porque no podía ser que nos quieran imponer algo que no funciona, el sueldo no alcanza para llegar a fin de mes”, indicó.
Así, Alersan Correa sugirió que los demás usuarios que quieran seguir sus pasos para hacerse de la SUBE de plástico:
“No presenten el formulario de reclamo. Tienen que hacer una denuncia. Esa es la diferencia, porque incumplen la normativa del servicio y, como son chicos que estudian, infringen la ley del BEG. Todo eso incide en la denuncia”.
El 5 de mayo, le llegó una notificación que tres días después debía ir a la terminal UNaM para una verificación de las SUBE.
“El 8 de mayo vi una tarjeta SUBE en manos de una secretaria de la transferencia UNaM, con otro diseño y un QR. Quise sacarle foto y no me dejaron y eso me hizo ponerme más firme: me quedó claro que la empresa no quiere entregarlas”, recordó.
Luego volvió a Defensa del Consumidor y contó lo vivido, tras la observación que hizo la SUBE de las tarjetas de ese día. “Me dejó tranquila ver a la secretaria en la transferencia con la SUBE, significa que hay tarjetas”, sostuvo.
A la par, habló con Movilidad Urbana de Posadas y en la Municipalidad de Garupá: “A cada uno, la SUBE les respondió que mi hijo era irresponsable con sus 10 años. Va a la escuela de Santa Inés desde que tiene 5 años”, dijo.
Todo terminó el 24 de mayo, cuando se dio la audiencia entre el Grupo Z y Marcela en Defensa del Consumidor. “Todo tiene un proceso, no hay que darse por vencido e insistir”, sugirió la mujer.
“Si yo pude, todos pueden”
Alersan Correa instó a los pasajeros que atraviesan la misma situación con la SUBE del Grupo Z, a animarse a denunciar su caso en Defensa del Consumidor.
“Si yo pude, todos pueden. Quita tiempo, dejamos trabajo, dejamos todo. Pero no puede ser que una empresa pueda más que el derecho nosotros, de los pobres, del usuario que trabaja todo el día y no tenemos mucho tiempo. Pero a ellos (por el Grupo Z) hay que demostrarles que sí tenemos tiempo y hacernos valer”, aseveró la valiente mujer.
“A todos los que me escuchan, vayan a la oficina y denuncien, háganse sentir y que dejen de hacer esto con nosotros”, finalizó la usuaria.
“¿Por qué si tienen tarjetas no las entregan?”, indagó Alersan Correa
Marcela Alersan Correa, se indignó porque “hay tarjetas, tienen tarjetas. ¿Por qué no las entregan?”.
La misma usuaria que peleó contra el Grupo Z en Defensa del Consumidor y le ganó la pulseada por los plásticos para sus hijos, concluyó que “le dieron la orden de sacar el sistema de pago (por la tarjeta), eso entendí yo”.
Admitió que algunos de sus vecinos que la consultaron por lo hecho, pensaron que la denuncia para reclamar contra el Grupo Z había que hacerlo en sede policial.
Ante la repercusión que tuvo el caso, Marcela se ofreció en su barrio a ayudar a completar los formularios de denuncia para presentar.
Destacó la amabilidad del personal de Defensa del Consumidor que hicieron la diferencia con la atención en las oficinas de la SUBE.