POSADAS. El 8 de diciembre se celebró el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y, como todos los años, se realizaron distintas actividades recordando esa fecha. El hecho sobresaliente fue la “pedaleada de fe” desde la rotonda de Posadas hasta el acceso a la correntina localidad de Itatí, para luego emprender la caminata hasta la basílica. Este año se desarrolló con una elevada temperatura y un fuerte viento de frente que dificultaba la normal circulación de los ciclistas, circunstancias que no impidieron que miles de peregrinos completaran la travesía. El sacerdote Jorge Chichizola, que se encuentra al frente de la comunidad de la parroquia Itatí y de las capillas que dependen de ella: San José Obrero, Virgen de Caacupé, San Juan Evangelista, Santa Rosa, María Auxiliadora, San Jorge, Nueva Esperanza, San Lorenzo, San Mateo, Nuestra Señora de Las Dolores, San Isidro y Los Patitos, aprovechó esta conmemoración para que los niños que realizaron la catequesis familiar tomaran su primera comunión y que los jóvenes que integran los planteles de futbol de Atlético Itatí, categorías Sub-21 y Primera, viajaran a disputar encuentros deportivos con sus similares del paraje Yacutinga, en la localidad de Gobernador Roca.Por inquietud de los padresEl club Itatí fue fundado en 2004, como inquietud de un grupo de padres cuyos hijos estaban realizando la catequesis familiar. A ellos se sumaron algunos amigos y rápidamente el club se incorporó a la Liga Posadeña de Fútbol, en la que viene participando desde esa ocasión. La comisión directiva se reúne los jueves para tratar las necesidades operativas de funcionamiento y los objetivos mediatos e inmediatos. Los jugadores entrenan diariamente en el campus de Miguel Lanús, a las órdenes de Héctor Kowalewski, quien se incorporó para manejar la categoría Sub-20, logrando dos campeonatos consecutivos. Se trata de un hombre dedicado al deporte, que colabora en forma desinteresada con la institución y que es muy respetado por los jóvenes porque predica con el ejemplo, desde su vida familiar hasta los vínculos que logra con los jugadores, donde las historias de vida a veces necesitan de contención. Transitoriamente, también maneja la primera división. El deseo de la comisión directiva, por su condición de formador, es que coordine el Departamento de Fútbol Infantil y Divisiones Menores, pero la realidad económica obliga a cumplir múltiples funciones.El deporte y la evangelización“De viejo me volví futbolero. No me pierdo ni un partido de Messi y el Barça. La verdad es que a todos nos dan muchas satisfacciones. Aunque yo digo que el deporte es como la vida: hay que saber ganar y saber perder. Y cuando uno pierde, no deprimirse demasiado, aunque esto ocurre pocas veces”, reflexionó obispo emérito Joaquín Piña, quien al dejar el Obispado de Iguazú volvió a la comunidad de Itatí, donde había trabajado como párroco. “Acabo de leer un artículo que dice que la “Nueva Evangelización” es como un partido de fútbol: los DT dice, somos los obispos (aunque no sé si de técnica entendemos mucho). Los jugadores, en el primer tiempo somos todos, comenzando por los padres de familia, que tienen que ser los primeros en dar testimonio (buen ejemplo). Si esto falla, no hay caso, vamos a perder”, explicó.Agregó que “en el segundo tiempo entran los catequistas (que estaban en el banquillo). Ahora, más que catequistas, se dice que son “animadores”. Para que no se crean que son maestros o maestras (el Evangelio dice que el único maestro es Jesús). La catequesis es como en la escuela. No hay clases, sino reuniones o encuentros. No me gusta nada cuando algún catequista de estos que se creen maestros, me dice: “Mis alumnos…” Esto de equiparar la catequesis con la escuela tiene muchos inconvenientes. Uno de ellos es que llegan las vacaciones y desaparecen los chicos ¿es que acaso no necesitamos de Dios en las vacaciones? No hay vacaciones para nuestra relación -amistad- con Dios”. “Pero otro más grave es que llegan al final de un ciclo y los chicos toman la primera comunión o la confirmación con una gran fiesta y al día siguiente no aparecen más. Mi párroco dice que el bautismo es la puerta de entrada a la iglesia y la confirmación es la puerta de salida… (!) lamentable. Yo digo que esto es un fracaso. No sólo perdimos el partido, sino el campeonato. ¿Para qué tanto esfuerzo? Quiere decir que los chicos no aprendieron nada o no les “entró” nada si tomaron el sacramento y no aparecieron más por la Iglesia”, lamentó el obispo emérito.Sostuvo que “es triste que para muchos la primera comunión sea la última. Por lo visto que no les gustó. ¿Qué le dijeron a Jesús? Por esto a mí no me gusta tanto que se hable de primera comunión, sino que sería mejor decir: ‘Empezamos a comulgar’. Hace años me llegó el recuerdo de una sobrinita que decía, impreso pero con su letra y, por supuesto en su idioma: ‘Hoy he empezado a comulgar’.En la homilía de la confirmación conté que el párroco de la Catedral de Iguazú, cuando yo andaba por allí, puso en la puerta una cartulina que decía: desaparecidos, y a continuación los nombres de los que se habían confirmado, pero que no los vieron más. No les parece que algo tendríamos que hacer?”.





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