La mayoría de las consultoras económicas empeoró, en las últimas horas, sus pronósticos de inflación para el mes de abril. El peor desenvolvimiento, otra vez, sucedió en el rubro de los alimentos, a pesar de los controles que mantiene el Gobierno.
La consultora LCG, que monitorea la evolución de los precios de los alimentos semana tras semana, midió que la inflación de los alimentos se elevó al 9,5% (punta a punta) en las últimas cuatro semanas.
Ecolatina, otra de las consultoras que sigue los movimientos en las góndolas en forma regular, coincidió en que el rubro alimenticio habría subido el 9,5% durante el mismo mes.
En el caso de C&T Consultores (dirigida por Camilo Tiscornia), el relevamiento de precios minoristas dio un incremento mensual de 7,6% en abril. “La variación interanual trepó a 112,4%, la más elevada desde septiembre de 1991”, destaca el último reporte.
Otras consultoras también midieron que el 7% proyectado al inicio del mes, a medida que avanzaron las semanas se pudo haber establecido como un piso.
Las claves de esta aceleración se vincula con todos los productos que no están integrados en Precios Justos, el programa que sostiene el Gobierno nacional pero que las empresas quieren rediscutir.
Las mayores subas en los precios de los alimentos se dieron durante la última quincena, en línea con la corrida cambiaria. Algunas compañías aplicaron, incluso, dos alzas de precios a lo largo del mes, un hecho que hasta ahora no había ocurrido y que impulsó al índice.
De acuerdo a un relevamiento de iProfesional entre fabricantes, pequeños comercios y mayoristas, esta nueva ronda de ajustes se aplicará sobre algunos rubros sensibles de la mesa de los argentinos: lácteos, aceites, galletitas, azúcar y bebidas no alcohólicas.
En el caso de los lácteos, uno de los rubros más impactados por la aceleración inflacionaria, al incremento del 10% que habían tenido a comienzos de abril, algunas compañías sumarán un 8% adicional. En bebidas no alcohólicas, la suba promedio fue del 8% hace un par de semanas, y ahora se añadirá entre 4% y 5%, según las distintas marcas. En aceites, el nuevo incremento rondará el 7,7%. Aunque para algunas empresas, este aumento será el único de abril.
El capítulo del azúcar es un caso aparte. Si bien el aumento mensual va de entre 6% y 8%, lo concreto es que hay escasez en el mercado.
La dinámica inflacionaria se viene calentando: lo que hasta hace algunas semanas era una inflación promedio del 5%, pasó luego al 6% y rápidamente al 7% mensual. Este es el nuevo piso para el IPC. Y nadie puede descartar que el proceso empeore en los próximos días.
Más billetes en las calles
La falta de plata en los cajeros automáticos y las largas filas para tener algo de efectivo en la billetera, es un tema de larga data. Pero más allá de los momentos clave como los días de cobro, los principios de mes y los fines de semana (sean largos o no), la inflación que corre por encima del 100% interanual comenzó a ocupar un rol importante y esto que antes era un tema de algunos días, comenzó a ser un problema para los clientes y para los bancos.
En el último tiempo, las entidades se vieron obligadas a duplicar la cantidad de veces que durante el día se reponen los cajeros automáticos. Así lo reveló uno de los bancos privados de primera línea consultados por Ámbito. En el run run del sector comenzaron a demostrar su expectativa para que se concrete la llegada del billete de $2.000 a mediados de año -tal como está previsto- para agilizar la operatoria. Pero algunas entidades van por más: ya se piden billetes de mayor denominación.
¿Por qué la inflación comenzó a ser un problema más para los bancos? uno de ellos en consulta con este medio reveló que el cassette o cartucho (caja metálica que contiene los billetes) es el mismo mientras que la necesidad de billetes se multiplicó debido a la inflación. “Si se hubiesen impreso billetes de mayor denominación esta no hubiera sido tan traumático como fue. Se hizo el doble de trabajo con costos más altos que debieron afrontar los bancos”, revelaron.
Otro banco de primera línea explicó que desde octubre de 2022 a marzo de 2023 aumentaron un 68% el monto dispensado.
Sin embargo, aclararon que “el aumento del monto va acompañando la inflación”. Otro de los inconvenientes que están teniendo es que los equipos requieren una mayor atención no solamente en la carga de dinero sino también en las fallas: “al dispensar y tanto volumen de billetes, los equipos fallan más”, afirmaron.
Los datos del Banco Central revelan que los billetes de $1.000 son los que más se emiten desde octubre del año pasado. El dato sobresaliente del mes de abril es la cantidad de billetes de $100 que están en circulación, superando con creces a los de $500.
De acuerdo a la Comunicación “C” 95027 del BCRA, se emitieron 3,175.2 millones de billetes de $1.000. El segundo lugar lo ocupó el billete de $100 (1,870.3 millones) y, por último los billetes de $500 (1,314.6 millones). Hoy, esos billetes de $1.000 equivalen a US$ 2 a valor del dólar blue. ¿Pero es un problema tener tantos billetes de $1.000 en donde la gente requiere cada vez más cantidad para satisfacer sus necesidades de todos los días?
De acuerdo a uno de los bancos consultados, “no necesariamente”. “En comparación con el año pasado había menos disponibilidad de billetes de alta denominación. Y el año pasado la problemática de billetes de $100 era mayor que ahora. No obstante el ritmo de inflación obliga a mantener la recarga permanente de cajeros”.
Por su parte, desde las cámaras empresarias de bancos en diálogo con Ámbito, afirman que el problema de la recarga de los cajeros va en dos fenómenos que juegan al mismo tiempo: “primero, el inflacionario y atado al inflacionario, la no actualización de los billetes de mayor nominación. Si bien está anunciado el de $2.000 para este año, la verdad es que las cámaras vienen reclamando billetes de $5.000 y de $10.000”.
“Todos los cajeros se están tratando de abastecer con billetes de $1000 como para poder satisfacer la demanda de billetes de los usuarios del sistema, porque por supuesto cada cajero automático, como esto ya se ha contado muchas veces, tiene un límite de capacidad de billetes que pueden entrar en cada uno de los cartuchos. Entonces, por supuesto, hay un máximo que físicamente, es una limitante”.
Insólito
La ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos, defendió este lunes la política salarial impulsada por el Gobierno de Alberto Fernández frente a la inflación y aseguró que al menos en el empleo formal, “los salarios lograron adelantarse a los precios”.
“En el trabajo formal hubo incluso una recuperación”, aseguró la ministra basándose en los últimos datos difundidos por el INDEC, aunque la sensación es que los salarios siguen lejos de recuperarse con el más de 100 % de la inflación interanual tras el 7,7% de marzo.
Al hablar con El Destape, la titular de la cartera laboral remarcó que “hay una política activa permanente” desde el Gobierno para que los salarios “no sean el ancla o variable de ajuste” frente a la fuerte escalada de los precios.
“En relación a los trabajadores formales, las paritarias se abren cada vez que el gremio lo pide y por períodos breves”, apuntó Olmos y agregó que en el caso de los trabajadores no formales “se actualizan los salarios complementarios, como la Asignación Universal o el Potenciar Trabajo”.
Exigencias para el Banco Central
Desde las cámaras bancarias han realizado presentaciones formales al Banco Central reclamando por la problemática que tienen los bancos en la reposición de cajeros. Hasta el momento, la respuesta ha sido la emisión de billetes de $2.000 y, por el momento, según el Banco Central no está en agenda ningún otro billete.
Al mismo tiempo, desde los bancos solicitan que haya un retiro de circulación de billetes de mayor denominación: “ocupan las arcas de las entidades, ya no hay espacio de almacenamiento a los billetes, entonces es un problema del sistema que abarca a los bancos públicos, privados nacionales, privados internacionales, a todos”.
Hoy en día el problema con los billetes va más allá de los cajeros solamente. También tiene que ver también con una cuestión de costos de traslado de billetes, circulación y de guardado. “Es caro especialmente por el tema de los seguros, todo lo que es camiones de caudales y todos son costos que se trasladan a los usuarios del servicio financiero”, agregaron.