POSADAS. “Cuando alguien se mate recién van a hacer algo”. Hortensia Centurión (60), una frentista de la costanera sur, (Alemania y López Torres) hizo el comentario a razón de las inquietantes picadas que, según denunció a PRIMERA EDICIÓN, se corren en la recta del puente El Zaimán, muy cerquita de donde vive.El ronquido de los motores y el violento sonido de los caños de escape no la dejan dormir algunas madrugadas entre semana, ya que según cree ella, los corredores aprovechan que la zona es, todavía, poco transitada y no muy iluminada para “divertirse sin pensar en las consecuencias”. La casa de doña Hortensia quedó estratégicamente situada frente a esa nueva costanera, con un balcón al Paraná. Dice que está contenta con los cambios, pero esos “cambios” también la obligan a vivir situaciones que alteran su vida cotidiana, no sólo por las peligrosas carreras clandestinas sino también por el vandalismo y la inseguridad de que es blanco ese paseo. “Las picadas de motos o autos que se hacen aprovechando la recta y otras “ventajas” del nuevo puente El Zaimán. Me despiertan en las madrugadas”, dice la mujer quien también se ve sometida a la inquietud y al temor de que ocurra algún accidente de gravedad”.Según testigos, que pidieron la reserva de su identidad, se colocan en el tramo inicial del puente y tras una señal compiten con gran velocidad aprovechando la recta hasta el final. El problema es que nadie se atreve a denunciar, pese a que les molesta, incomoda y causa preocupación por las consecuencias que pueden desencadenarse, ya que presumen que la práctica también está ligada al consumo de alcohol.No obstante, según el informe que brindaron este diario las comisarías con jurisdicción en las áreas mencionadas: Décima y Octava, no existen denuncias de que se realicen ese tipo de prácticas.“Ni bien se había habilitado el paseo, en las primeras semanas se detectaron actos de vandalismo. Cuando se estaba realizando la obra, se rompieron lámparas del alumbrado y algunos cestos de basura. A raíz de eso se incrementó la presencia policial en la zona y hasta ahora no se han vuelto registrar situaciones de ese tipo”, sostuvo el comisario de la seccional Octava, Julio Cesar Salazar, quien rechazó que se corran picadas en la zona.“Nosotros no tenemos denuncias de estas prácticas por suerte”, aseguró. “Por lo menos en lo que es nuestra jurisdicción, desde el barrio Santa Rosa hasta el barrio Kennedy, y nosotros no recibimos denuncias o por lo menos no detectamos que se hagan carreras clandestinas en ese lugar”, insistió. Alcohol y descontrolTras una recorrida por el lugar, los frentistas del nuevo paseo contaron a este diario cuál es la situación. “La avenida y parte de la ruta son lugares frecuentes para los que realizan “picadas” o por lo menos les gusta andar fuerte, poniendo así en riesgo la vida de los demás y la de ellos mismos”. Jorge, un remisero que vive en la zona y que aseguró en ver, en más de una oportunidad, a los chicos que participan en las carreras, detalló que “siempre es el mismo grupo de adolescentes de no mas de 16 a 20 años que se “divierten” acelerando los motores de autos y motos sin control”“Me puse a observarlos un rato y noté que conducen alcoholizados, ninguno usa cinturones de seguridad o cascos (en el caso de las motos). Este es un lugar muy peligroso, por la geografía del terreno, y puede pasar algo de mayor gravedad si es que no se hace algo pronto para frenarlos”, indicó.





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