Una relación de pareja con incidentes violentos, consumo de estupefacientes, vulnerabilidad económica pero también de género y edad, retumbaron ayer por quinto día en la sala de debates del Tribunal Penal 2 de esta capital, donde se intenta esclarecer la responsabilidad de Martín Fernando Monzón (39) en la muerte de Horacelia Génesis Marasca (16).
En 80 minutos declararon ocho testigos ante los jueces César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Fernando Luis Verón sobre las consultas del fiscal Vladimir Glinka y el defensor oficial Miguel Varela.
El que abrió la ronda fue Oscar Daniel Rivero (61), exjefe de Monzón en 2015 en una dependencia de asistencia social del Ministerio de Desarrollo Social.
Rivero resaltó que vio “un par de veces que Horacelia fue a buscar a Monzón. Le pedí a él que no la dejara venir más a la oficina porque iba a tener problemas porque se notaba que era menor de edad. Se lo dije, por fisonomía se notaba que tenía 13 o 14 años pero el me respondió que ella tenía 17”.
“Le repetí a Monzón que iba a tener problemas porque pensaba que la madre de la menor lo iba a denunciar. Me dijo que la mamá ya no se metía en la pareja y que la chica (Horacelia) se había ido de la casa”.
Rivero también admitió tener conocimiento de que “a Monzón le entraba agua (SIC) que lo engañaba ella, pero él no mencionó a fulano o mengano, no me dijo con quien lo hacía”.
En cuanto a la relación violenta entre Monzón y Horacelia, Rivero relató que vio a la menor arrojarle en la cara una olla con comida del comedor público de la chacra 150, donde vivían.
Un compañero de Monzón en la carpintería de Desarrollo Social, también declaró y se mostró sorprendido al ser consultado si mantuvo relaciones sexuales con Horacelia. El testigo de 64 años fue tajante: “No conocía a esa chica y nunca estuve en la casa de Monzón. Sólo la vi cuando él la llevaba a la cocina a buscar la comida”.
El acusado sostuvo en su coartada en la etapa de instrucción del expediente, la que ratificó al inicio del debate, que encontró a su compañero de oficio en su casa y con su pareja. Versión que no tiene voz coincidente, hasta el momento.
Otro de los señalados por Monzón como hombres con los que lo engañaba la menor de edad, fue un expolicía y vecino de la zona oeste. El mencionado tiene 40 años y fue el último testigo de la audiencia: “No, nunca tuve relaciones sexuales con Horacelia”, fue la respuesta directa al fiscal Glinka en el inicio de su declaración.
“Ella vino a la casa de mis padres en Villa Cabello a pedir comida, yo la conocí a la hermana de Horacelia en la chacra 181 cuando estuve allí con mi pareja de la que me separé y volví a la chacra 150”, amplió el vecino y agregó que “Monzón también iba a mi casa a pedir ayuda porque no tenía para comer”.
Y relató un episodio en el que el acusado fue hasta su departamento a pedirle colaboración porque “tenía un golpe en un oído y le había salido sangre. Me dijo que lo había atacado Horacelia, pero como yo sabía que ya se habían denunciado varias veces por violencia el uno a otro y después levantaban esas denuncias, le dije que fuera a la comisaría y que pidiera asistencia allí”.
Esta mañana se realizará la sexta audiencia de juicio oral por “homicidio agravado por el vínculo” (artículo 80, inciso 1 del Código Penal Argentino). Se anunció ayer que será la última de incorporación de prueba. Restan al menos cinco testigos por cumplir con la citación y que las partes acuerden la incorporación por lectura de todo lo mencionado en el expediente.
Mañana jueves la expectativa será máxima, porque corresponderá a la jornada de alegatos y fallo del tribunal.