POSADAS (Por Esteban Abad). Maestro normal nacional, profesor superior de Música y Danzas argentinas, con estudios de Derecho, Filosofía, Ciencias de la Educación, participante de cursos, talleres, seminarios realizados en Cosquín, locutor nacional con licencia del ISER, entre otras especializaciones, no son todos los ítems que se precisan para definir exactamente a Daniel Armando Fiorino, artista, folklorista, docente. Familia de artistas y folkloristasEs también necesario indagar en su vida familiar, en sus viajes, rescatar algunas actividades artísticas y educativas y finalmente llegar a su cargo al frente del Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (SiPTeD). Es preciso citar a quienes lo acompañan desde siempre: su familia, integrada por su esposa Inés (a su lado en filmaciones, encuentros, en la función pública, etc,), a sus hijos Daniel (Pinucho), integrante del grupo Salamandra, Orquesta Folklórica de la Provincia (¿o del Centro del Conocimiento?), músico requerido como bajista en diversos conjuntos (el del Pato García por ejemplo) y Alejandro (baterista) también en Salamandra y en la orquesta que dirige el maestro Juan Carlos Costa. (Ver foto del trio Fiorino y sus hijos en esta página). Sus nietos ya son bailarines de folklore, alumnos- hijos de Tamara Okulovich, profesora de danzas y nuera de Fiorino. Todo y siempre cerca del folklore y todos ellos siguiendo la línea que baja el padre y que se basa en la frase de Lucas Braulio Areco “el hombre no puede negar la fuerza de la tierra” que el creador de la audición radial “Exaltando lo nuestro” suele tener como lema. Por ello Fiorino y familia conforman un bastión de la genuina cultura misionera. Pero indudablemente él, con su negra barba que ya deja ver algunas hebras blancas, constituye el patriarca, el conductor. Daniel, contanos algo de tus inicios…A fines de 1950, vivíamos en el barrio Aguas Corrientes, donde estaba la cancha del Círculo Católico Obrero, que tenía su barra brava por lo que mi mamá decide que estudiemos folklore mi hermano y yo y nos manda al centro de capacitación 3. En 1961 fuimos invitados a la filial de la escuela de Declamación y Danzas, de Buenos Aires, que dirigía doña María Luisa Alonso de Zambrano. Eramos ya grandecitos y nos presentábamos en reuniones familiares a bailar danzas argentinas.Nacimiento del Festival Nacional de la Música del Litoral “Los viernes por la noche – prosigue Fiorino -, nos reuníamos en el Palacio del Mate donde funcionaba la Peña El Lapacho y donde se gestaba un movimiento muy especial”. Allí – asegura -, nace el Festival Nacional de la Música del Litoral para competir con el Festival de Cosquín que empezó en 1962, el del Litoral arranca en el 63. Cosquín era un festival de la música del centro y norte que no sentía mucha simpatía por la música y la danza del litoral. ¿Cómo comienza tu participación en el máximo festival de Misiones?Ya en el primer festival representábamos un espectáculo integral de música, canto y danza que reunió en esa ocasión a don Perucho Barbosa, Tony Vivero en guitarra, Ricardo Ojeda en bandoneón, Miguel Melgarejo y su arpa, Arnaldo Ramírez en el canto solista y nosotros que estábamos en el elenco artístico; obtuvimos un primer premio que fue el pasaporte a Cosquín en 1961 como delegación de Misiones. Ballet Folklórico Misiones NuevaEn 1965 Daniel Fiorino forma su primer elenco de danzas , el Ballet Folklórico Misiones Nueva. “En ese año se consigue una invitación -cuenta Fiorino-, porque se iba a iniciar el Festival Nacional de Laborde, gracias a un amigo que me había conocido en Cosquín, José “Pepe” Viani”. Viajaron y Fiorino y su grupo se convierten en fundadores del “más argentino de los festivales”.Anécdota “ganas de estar allí”.Pero, tuvieron sus vicisitudes para armar el viaje: “no conseguíamos colectivo, no teníamos ni un sólo peso, y Laborde no está muy cerca. Vicky Rauch (de Apóstoles), que tocaba la armónica , ofreció una Ford 350 a la que le iba a poner carpas. Así que preparamos un cuadro costumbristas y allá vamos, de acá a Corrientes no había asfalto. Llegando el arco ya agarramos lluvia y ni bien pasamos ya nos quedamos empantanaos (SIC)”. (Risas). “Meta pala y pala sacamos el vehículo y seguimos y tras unas largas horas llegamos a Laborde. Viani salió a recibirnos y me dice “traé nomás tu ómnibus adonde están los otros (Más risas)”.“Frente a un colegio de monjas donde iba a ser el almuerzo teníamos la 350. Viani la vio, y él y otros labordenses nos felicitaron por nuestra voluntad y las ganas de estar allí”, relató Fiorino. Eso les valió una mención por el sacrificio y las ganas de participar. Malambistas, vanerón y gualambao“No se puede negar la fuerza de la tierra”, decía Areco y Fiorino usa la frase para señalar que “los misioneros no somos malambistas, ni somos bailarines de danzas nativas”.Lo hace con respecto a que Misiones nunca clasificó un campeón de Malambo en Laborde.“Ellos – prosigue-, sienten eso, el malambo, la chacarera, la zamba, le gato. En lo personal yo siento otros ritmos que son los que la tierra de Misiones me marca. Eso noquiere decir que no interprete ni conozca los ritmos del Norte argentino, pero Misiones no se caracteriza por tener malambistas. Nosotros tenemos nuestro color típico local (galopa, gualambao, polquita rural, chotis y canción misionera)”. “En cuanto al banerao o vanerón es un ritmo de frontera que ha pegado, no olvidemos nuestra cercanía con Brasil y Paraguay y que procede de la habanera”, significó. Otra anécdota: Los reyes magosDe niño Fiorino soñaba con una guitarra, entonces se la pidió a Gaspar, Melchor y Baltasar, los reyes magos de Oriente. No vio los camellos ni a los magos pero la cuestión es que tuvo su primera guitarra: “Creo que eso definió mi amor por el folklore, el canto y la danza argentinos en general pero en particular las de Misiones, mi tierra”.





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