A partir de 1980 las Artes Visuales han tenido una importancia en la Argentina preponderante. Hasta entonces uno/a decía a sus padres, de joven, que quería ser pintor, escultor o dibujante, y era considerado como un divertimento y no una ocupación o profesión. Hoy día en la Argentina es una actividad sumamente destacable y de calidad, no sólo por sus museos sino la cantidad de personas que hoy día se dedican a las Artes Visuales.
Hoy elegiremos a una mujer, María Linzoain, nacida en la ciudad de Villa María, Córdoba en 1950 y actualmente vive en la ciudad capital de la provincia.
En 1987 se graduó en la Licenciatura de Pintura en la Escuela de Arte de la Universidad Nacional de Córdoba, iniciando su actividad de expositora, concurre también al taller del escultor Carlos Piteado y el gran colorista en Buenos Aires, Eduardo Giusiano.
Sus temas preferidos son la figura humana y el paisaje, manifiesta: “Como soy Expresionista busco la emoción a través del color. Los rasgos me gustan demasiado para pasarlos por alto. Me detengo en ellos y los hago a mi manera, claro”.
Paralelamente trabaja en la actividad docente, con sus alumnos, organiza viajes a Boston, Nueva York y Washington, realizados para conocer directamente obras de pintores norteamericanos expresionistas de posguerra, también realiza viajes a Europa. Como verán tuvo gran iniciativa y un alumnado que podía solventar estos viajes.
Sus últimas creaciones están llegando a una síntesis que la acerca a la abstracción. Sus obras y muestras son escasas, aunque proyecta volver a mostrar su producción.