Habitualmente nuestro sentir queda escondido entre infinidad de ocupaciones. El dolor y el cansancio no ceden, hasta que llega ese momento límite para decirte: “¡Deténte. Aquí estoy y necesito que me escuches!”.
La consulta de Karina era típica de esta situación, donde los años pasan sin escucharnos a nosotras mismas. Damos todo a los demás y nos olvidamos de nosotras mismas. Le diagnosticaron fibromialgia e hipotiroidismo. Explicó que tiene un buen pasar : “Muchos hasta podrían pensar que siempre estoy bien, que me va muy bien en la vida, que soy una ganadora o que desde que me separé estoy cada vez mejor.
Nadie puede imaginar lo que fueron estos años en los que tuve que volver a empezar y trabajar sin parar, sin detenerme a pensar si me merezco dormir o salir con amigos. Dar estabilidad económica a mis hijos me llevó a no poner freno”.
Reconoció que cometió muchos errores, pero cree que el más grande fue “no quererme lo suficiente como para saber escucharme”, contó Karina. Tiene 58 años, dos hijos, es profesional y separada hace más de diez años. Parece ser una mujer decidida, inteligente; su rostro denota seguridad y fortaleza, aunque es sólo una imagen aparente.
En realidad siente cansancio, apatía y artralgias. Tomó vitaminas y antiinflamatorios hasta tener el diagnóstico. Excedida en peso, no realiza actividad física y carece de vida social. Muchas consultas diagnosticadas con fibromialgias tienen el mismo eje: no haberse escuchado durante mucho tiempo y entregarse al deterioro corporal. A los 50 empiezan a replantearse situaciones, verse de manera diferente y conectar con lo que sienten. Es una época en que los talleres, cursos y terapias alternativas aparecen dentro de la búsqueda de herramientas para estar mejor. La clave es parar, para poder empezar a descubrir nuestro cuerpo como unidad. No es un trabajo sencillo, pero se puede.
Como ejercicio diario, sugiero registrar en un cuaderno todas las acciones, desconectarse de todo antes de ir a la cama y bajar los estímulos lumínicos que estresan. Hay estudios que confirman que las personas que no descansan bien son propensas a tener kilos de más.
Respirar relaja también las hormonas. Lo adecuado es parar cada dos horas, y sólo respirar en forma profunda y pausada.
También es importante tomar suficiente cantidad de líquidos, priorizando alcalinizar el agua con pasiflora o valeriana. Si a esto le sumamos música para relajar y mover el cuerpo, sería genial.
Karina hoy tiene regulado su hipotiroidismo. Ya no toma medicación para la fibromialgia pues su cuerpo fue respondiendo bien.
Te invito a comprar un cuaderno y empezar a materializar hoy mismo cómo te sentís, identificar qué zona de tu cuerpo es tu parte más vulnerable, y buscar así el equilibrio fisiológico (sin olvidarte de lo emocional). Regálate ese tiempo para conocerte y encontrarte a ti mismo.
Empezar por pasos sencillos en nuestro día a día nos llevará al éxito.
Feliz y bendecido Domingo.