POSADAS (Por Sergio Álvez). El caso María Ovando, no sólo fue el hecho judicial más relevante de la provincia en este año, sino que además se constituyó como un caso paradigmático de la criminalización de la pobreza en Misiones. Alicia Rivas, comunicadora que trabaja en la FM Universidad y que integra varios colectivos sociales, fue la periodista que denunció el caso desde un primer momento -cuando María fue apresada por la muerte de su hija Carolina- dotando su perspectiva de una fuerte mirada hacia la cuestión social y la violencia de género. No es descabellado sospechar, que sin el trabajo de Rivas, el caso difícilmente se hubiera nacionalizado, tampoco sería desquiciado proyectar que sin esa labor, María Ovando seguiría presa.El jueves 20 de diciembre, el Foro de Trabajadores de Prensa y Comunicación de Misiones (Fopremi), distinguirá a Alicia Rivas como Periodista del Año, “por el exhaustivo tratamiento de las temáticas sociales y en especial por el trabajo en el Caso Ovando”.Previo a la distinción, PRIMERA EDICIÓN dialogó con la periodista. ¿Dónde naciste y cómo llegaste a Misiones?Nací en Formosa. Cuando terminé el secundario, quise estudiar periodismo. El lugar más próximo era Misiones así que decidí venirme. Ese año, en la UNaM no había inscripción para la carrera así que decidí estudiar locución en el Montoya. Me recibí y me presenté a un llamado a concurso para locutores en la Radio de la Universidad, quedé segunda pero un año después el productor me fue a buscar y empecé a trabajar en la radio. Si bien ya venía trabajando en otras radios, FM Universidad fue mi primer empleo en blanco y allí estoy desde hace 15 años.¿Con qué ideas y objetivos te volcaste hacia la comunicación? Yo vivía en un barrio de relocalizados en Formosa, relocalizados a raíz de las inundaciones de los años 1982 y 1983, era un barrio precario, con muchas familias que venían de situaciones de pobreza estructural agravados por el desarraigo y la pérdida de fuentes laborales. En ese contexto jugó un papel importante la pastoral de la Iglesia Católica, que se ocupó de crear espacios de contención y participación para los vecinos, entre esos espacios estaban los grupos de jóvenes. Yo me incorporé a uno de esos grupos y fui trabajando primero con jóvenes de mi misma edad y después me fui acercando a un proyecto de radio juvenil, en el que comencé a participar unos años antes de terminar el secundario. Ya en quinto año formaba parte del primer proyecto de radio que tenía la diócesis de Formosa, junto a los salesianos de la provincia. Allí estuve un año confirmando mi inclinación por los medios y por lo del periodismo. Desde ese entonces empecé a hacer radio y nunca paré. Este año cumplí 20 años haciendo radio. Primero mi trabajo fue como locutora, conduciendo programas de radios en diferentes formatos, haciendo tandas publicitarias, turnos, etc, Ya en la radio de la universidad, con la puesta en el aire de La Ventana, en noviembre del 2002, puedo decir que me volqué a hacer periodismo de manera más sistemática. ¿Cómo tomaste contacto con el caso de María Ovando?En principio me llamó la atención que una vez más, como hace diez años con Librada Figueredo, el juez Roberto Saldaña haya procesado y encarcelado a una madre pobre por la muerte de un hijo, en este caso una hija: Carolina. Llegamos varios meses después a esta historia, ya con el procesamiento firme de María y varios meses diríamos de aislamiento, porque no tenía contacto con familiares, estaba lejos de la defensora oficial, que está en Eldorado, sin información de lo que ocurría afuera, sin información de sus hijos. Lo primero que hicimos fue tomar contacto con el juez de la causa, si bien él nunca accedió a salir al aire con nosotros, sí fuera de aire nos contó del caso, reconoció las similitudes con la causa Librada Figueredo y nos planteó su desacuerdo con el fallo que la absolvió a esta mujer en el 2002. Después de Saldaña fuimos a hablar con la defensora oficial, la Dra. Ana María Mayerhofer, ella nos mostró el expediente, y nos indicó cómo hacer para verla a María en el penal. Y empezamos a visitarla con Muriel Arensburg, fuimos decenas de veces con Muriel, ella fue fundamental en el seguimiento de esta historia. Una vez que hablamos con María, escuchamos al juez y la defensora nos mostró el expediente entendimos que era una brutal injusticia, que María estaba presa por pobre y por mujer. Que si no se hacía visible su historia iba a terminar siendo forzada a un juicio abreviado donde sin tener opciones iba a aceptar una responsabilidad que no le correspondía para poder acceder a una pena menor. Y así comenzamos con Muriel a contar el caso, en los medios y en los distintos espacios en los que trabajamos la temática de género. Muriel fue además muy importante en la visibilización en el espacio público y en la introducción de este caso en las redes de diversos puntos del país que trabajan el eje violencia contra las mujeres. Muriel fue la primera que empezó a hablar de la posibilidad de presentar un amicus curiae, un año después el caso introdujo los primeros 5 amicus curias de la justicia misionera. ¿Qué evaluación hacés del caso ahora que absolvieron a María?Yo creo –al igual que el Dr. Eduardo Paredes uno de los defensores de María- que este caso nunca debió llegar a juicio, nunca debió intervenir el sistema punitivo, pero pasó y nos obligó a las personas que empezamos a involucrarnos en la defensa, a desplegar una infinidad de recursos para arrancar a María de ese sistema. Fue más difícil de lo que debió ser, y eso da cuenta de las falencias que tiene nuestro sistema judicial, de lo lejos que están nuestros fiscales y jueces de actuar aplicando la legislación vigente, que protege los derechos humanos, que incorpora la perspectiva de género y sobre todo que dimensiona las condiciones de pobreza estructural de una provincia que permite que día a día se mueran sus niños de hambre, de desnutrición o de enfermedades evitables. Los amicus aportados por expertos penalistas, personalidades y la propia Defensoría de la Nación, desnudaron aún más estas falencias. El expediente judicial que mantuvo a María presa es una vergüenza, cada vez que mostrábamos fuera de
la provincia, a abogados, jueces, fiscales, etc. no lo podían creer. La absolución es parte de lo que correspondía ahora debería el Estado reparar tanto atropello y tantas violaciones a los derechos de María y sus hijos, entre los que está haberla encarcelado y dejar aún en situación de más vulnerabilidad a los niños. ¿Cómo ves a la cuestión de género hoy dentro del periodismo en Misiones, en términos cuantitativos y cualitativos? Yo creo que desde hace unos años, con la incorporación de muchas periodistas, comunicadoras y comunicadores, formadas en perspectiva de género, muchas de ellas y ellos muy jóvenes hay una incorporación de la perspectiva de género de género para el abordaje de los temas, es incipiente aún, y eso lo pudimos ver en el caso de María Ovando. Tenemos mucho camino por andar aún. Las mismas falencias que uno puede marcar en la justicia también es justo marcarlas en nuestra profesión, en la práctica. Existen prácticas periodísticas discriminatorias, estereotipos, ignorancias groseras y con una forma de concebir el mundo donde no está incorporado aún, no solo la perspectiva de género, sino la perspectiva de los Derechos Humanos, entonces el desafío es aún más grande, pero hay que hacerlo, hay que seguir buscando la manera de que hacer un periodismo más respetuoso con los derechos humanos que es la forma creo yo de saldar cualquier discusión sobre la profesión. Podemos tener abordajes diferentes, metodologías diferentes, formatos diferentes pero debería haber un acuerdo básico en que nuestro trabajo se realice respetando, y buscando se respete los derechos humanos, entre los que obviamente está, aunque algunos no lo quieran ver, los derechos humanos de las mujeres y de los niños. ¿Algún anhelo especial para 2013? Yo soy optimista… quiero un año con trabajo digno, un año con situaciones que nos permitan ser felices, felices junto a la gente que amamos.





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