Realizaron ayer en la sala de debates del Juzgado Correccional y de Menores 2 la última jornada de testimoniales por el “doble homicidio culposo agravado” que tiene como encartado a Adrián Alberto Krutki (36), quien conducía en aparente estado de ebriedad un vehículo Ford Escort que colisionó la motocicleta en la cual viajaban madre e hijo el domingo 11 de diciembre de 2011.
En cuanto a los testimoniales, declaró un hombre que observó en el lugar del hecho a las víctimas tendidas en el asfalto, según el ya sin vida y junto a su padre, con quien volvía de un camping, siguieron a un colectivo pensando que el mismo había provocado el accidente.
Marcelo Guirula (42), declaró que “volvíamos con la familia de un camping y en un momento nos detenemos porque pasó algo con un colectivo, como que desvió y paró un rato en la banquina y después siguió. Nosotros al acercarnos vimos a dos personas tiradas en la ruta y una moto, parecían muertas, pensamos que era el colectivo que se fue el que provocó el accidente y los seguimos”, agregó.
“No recuerdo si hablé con el guarda o el chofer en la terminal que fue donde los alcanzamos y me dijeron que ya habían avisado a la policía, pero ellos no tuvieron nada que ver. Eso fue todo y nos fuimos”, cerró.
La declaración no fue la misma que había hecho en sede judicial o en todo caso difería en cuanto a detalles por lo que la fiscal Amalia Spinatto solicitó que le dieran lectura de la misma y reconociera su firma, ya que anteriormente el mismo testigo fue quien habló de un Ford Escort.
En la etapa de instrucción Guirula mencionó que habló con el chofer y este le dijo que fue un Ford Escort el que provocó el siniestro y que ese auto supuestamente era el mismo que cruzó a gran velocidad al vehículo que conducía el padre de Guirula unos 100 metros antes del lugar del accidente.
En definitiva, reconoció que pudo haber dicho eso anteriormente y que ahora no recordaba con claridad detalles. Habrá que esperar si al momento de los alegatos o antes se solicita investigación por presunto falso testimonio.
También expuso su versión frente al juez César Jiménez, Luis Bogado, efectivo que presta servicio en la dirección de la Policía Científica. “Recuerdo que estaba oscuro cuando llegamos nosotros. Las pericias determinaron que fue una colisión por alcance y que el cuerpo de la mujer fue el que golpeó el capot del auto y el del niño salió despedido, terminaron uno de cada lado de la ruta”, explicó.
En este sentido ratificó que había fragmentos del paragolpes de un vehículo y una chapa patente que luego se determinó eran del Ford Escort conducido por Krutki.
Además, declaró ayer también Cristian Farinola, otro efectivo que si bien estaba de franco de servicio, pasó por el lugar y se puso a disposición para colaborar. “Encontraron una patente y nosotros nos pusimos a buscar con un compañero la vivienda de la propietaria. Llegamos a su departamento, pero no ubicamos a nadie y en el trascurso de ese tiempo me avisaron que habían encontrado el vehículo despistado en otra zona”.
Posteriormente se leyeron las pruebas incorporadas al expediente y los testimonios como el del chofer del colectivo (no ubicado) y Guirula padre, este último fallecido hace dos años. El debate pasó a cuarto intermedio hasta el lunes a las 9 para que se desplieguen alegatos y se conozca la sentencia del juez Jiménez.
“Fui fuerte a los 10 años y ahora también, queremos justicia”
“Ninguna condena me los va a devolver, pero necesitamos justicia y que a nadie más le pase lo que les pasó a ellos”. Las palabras corresponden a Ezequiel Ferreyra (20), hijo de Lorena y hermano de Cergio, quien recordó el hecho con suma tristeza.
“Fueron años difíciles, pero hoy puedo decir que seguí con mi vida, me fui de Apóstoles porque prácticamente me obligaron a hacerlo y, en estos días que tuve que regresar por el juicio, todo volvió a ser muy duro”.
Respecto al trágico domingo 11 de diciembre de 2011, recordó: “Era muy chico entonces, pero fui fuerte a los 10 años y lo soy también ahora, por mi abuela y por el dolor de toda mi familia”.
“Queremos que se haga justicia. Sé que nada me los va a devolver, pero por lo menos esperamos que esta persona no le pueda hacer algo igual a nadie, se tiene que hacer justicia”.
Amplió que hoy está radicado en Buenos Aires, donde trabaja y estudia y la acompaña a su abuela Rosa, madre de Lorena, quien se hizo cargo de su guarda tras el siniestro de Apóstoles.
Durante el debate se conoció que Ezequiel realizó un tratamiento psicológico durante dos años debido al trauma de perder a su mamá y a su hermano mayor.
Ezequiel resaltó sobre el acusado: “Este señor no sólo se llevó las vidas de mi madre Lorena y mi hermano Cergio, también arruinó la mía”, dijo la mujer en declaraciones al principio del debate.
Junto a Ezequiel, viven en Buenos Aires intentando rehacer su vida y con muchas expectativas esperan la resolución judicial.