En los próximos días, un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) comenzará los ensayos de envasado y aplicación sobre semillas de un formulado que busca promover modos de producción más independientes de los fertilizantes tradicionales.
Se trata de un compuesto elaborado a base de subproductos de la caña de azúcar, cáscara de maní y polímeros, donde el rol protagónico lo tienen dos cepas de rizobacterias naturales del suelo cordobés (Bacillus y Pseudomonas).
Estos microorganismos establecen una interacción de mutuo beneficio con las raíces de las plantas. Las bacterias generan hormonas que le permiten a la vegetación crecer más y colonizar una mayor superficie, mientras la planta les brinda azúcares.
El desarrollo del formulado demandó varios años de trabajo y fue realizado por Ezequiel Bigatton e Ibrahim Ayoub, ambos docentes de la FCA y becarios de Conicet, bajo la dirección de Enrique Lucini. Posteriormente se sumaron al equipo Joaquín Arata Badano y Emiliano Barbero (estudiante del último año de la carrera).
El primer paso fue tomar muestras de suelo de distintas zonas productivas de Córdoba, entre las que se cuentan La Puerta, Capilla de los Remedios, Colonia Cocha, el cinturón verde, Coronel Baigorria, Río Seco y Calchín.
El material recolectado les permitió aislar y caracterizar más de cuarenta cepas bacterianas. Tras identificar las que promueven el crecimiento vegetal, crearon con ellas un inoculante. En esencia, lo que hace el compuesto es concentrar la cantidad de microorganismos en la raíz de la planta, de manera de multiplicar sus efectos benéficos.
“Aislamos estas bacterias, las concentramos y las aplicamos al cultivo para potenciar un efecto que ocurre naturalmente en la planta. Es una estrategia de ocupación de nicho: logramos que ese nicho lo ocupe nuestra bacteria y no las bacterias patógenas”, explica Bigatton. Realizaron pruebas de laboratorio, luego pasaron a cámaras de refrigeración, invernaderos y, finalmente, hicieron estudios de campo. En todos los análisis los resultados fueron alentadores.
Validación con productores
Con este desarrollo avanzado, el grupo de investigación se sumó a I-teams Córdoba, un programa de formación dirigido a vincular equipos científicos con emprendedores y empresas locales. En ese marco, diseñaron una propuesta de startup llamada “Rhizomas”.
I-teams Córdoba es una iniciativa promovida por la Incubadora de Empresas UNC, junto a Global Shapers Córdoba y la Universidad de Cambridge.
Tras varios ensayos, el grupo presentó un formulado final. “Usamos cepas que no están disponibles comercialmente. En la actualidad en el mercado se usan formulados con rizobios para leguminosas, Azospirillum para gramíneas y en nuestro caso estamos aplicando Bacillus y Pseudomonas, que funcionan con mecanismos diferentes”, señalan desde el equipo.
Este es el cuarto año de ensayos a campo, con resultados promisorios en cultivos de maní, maíz, soja, sorgo, centeno y garbanzo. Las evaluaciones con hortalizas y aromáticas lograron muy buen desempeño: en maní obtuvieron incrementos del 50% de rendimiento bajo riego y en cultivos a secano vieron aumentos de entre 11% y 20% de rendimiento.
Quizás la principal ventaja del formulado es que, al hacer más eficiente la adquisición de nutrientes, permite reducir hasta un 50% el uso de fertilizantes, según explica Bigatton.