Cada 6 de julio se celebra en todo el planeta el Día Internacional del Beso Robado, una celebración de origen desconocido. Simplemente se sabe que se ha venido celebrando en Gran Bretaña desde el siglo XIX y que actualmente se ha popularizado a nivel mundial.
En realidad, este día sirve de excusa para que muchas personas tomen valor y decidan plantarle un enorme beso a la persona que han deseado desde hace tiempo, pero que no han tenido el suficiente coraje para declarársele. Siempre con su consentimiento, se entiende.
El beso robado más famoso de la historia es el representado en la icónica fotografía de Alfred Eisenstaedt, donde aparece un marinero estadounidense besando a una enfermera en Times Square (Nueva York) el 14 de agosto de 1945, durante la celebración callejera por la victoria sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
El Día Internacional del Beso Robado no se debe confundir con el Día Internacional del Beso, que se celebra el 13 de abril. Aunque al final de cuentas, el objetivo de ambas celebraciones es muy similar: propagar amor en el mundo y recordarnos los múltiples beneficios que trae a nuestra vida el besar.
Algunos de dichos beneficios son:
- Reducir la presión arterial.
- Disminuir el colesterol en sangre.
- Quemar calorías.
- Aliviar el estrés.
- Combatir el dolor.
- Disparar la endorfina en nuestro organismo.