Durante el último fin de semana se realizó en Posadas un encuentro de acompañantes terapéuticos de Misiones, con el objetivo de compartir inquietudes y problemáticas actuales. Buscan contar con un marco regulatorio para la profesión en la provincia, donde son más de mil los auxiliares en actividad.
Desde el Centro Integral de Salud Mental y Acompañamiento Terapéutico (CISMAT), Nicolás Andorno explicó a PRIMERA EDICIÓN que “si bien tenemos una formación desde hace 10 años, en pandemia y con otras formaciones a distancia, se han sumado otros egresados. De algún modo, queremos proponer una regulación de base”.
Aseguró que en la provincia viven una “ausencia de una ley para matricular a los acompañantes terapéuticos, que son más de mil, con unos 600 casos trabajados en diferentes puntos de Misiones desde CISMAT. Tenemos la necesidad de contar con medidas que intenten regular la práctica”.
Andorno recordó que “presentamos un proyecto de ley en diciembre del 2020 para regulación del ejercicio profesional del acompañante terapéutico. Este proyecto está en Cámara y debe ser tratado”.
Con la aprobación de esta normativa provincial “podríamos matricularnos y además permitiría la creación de un Colegio de Acompañantes Terapéuticos”, agregó. A nivel provincial, aseguró que el rol de estos profesionales “creció muchísimo por las redes institucionales y los espacios de inserción laboral”.
En el campo de la salud mental, “el acompañante terapéutico es un auxiliar que extiende el tratamiento que comienza en el consultorio por una problemática de salud o salud mental, para extenderlo en lo cotidiano”.
Remarcó que “es una alternativa a la internación o medicación del paciente”, detalló Nicolás Andorno.
En la práctica, precisó que “hay acompañantes terapéuticos con demanda para niños con trastornos en el desarrollo o inclusión escolar; para problemáticas ligadas al autismo; otros están trabajando con jóvenes con trastornos de personalidad, adicciones o trastornos alimenticios; además de personas con discapacidad, adultos mayores al tener problemas de demencia y actualmente se trabaja en comunidades vulnerables en el seguimiento de jóvenes judicializados por conflictos con la ley penal”.
Problematizó que “el abanico de inserción laboral es muy amplio y si bien las obras sociales reconocen el acompañamiento terapéutico, a partir del certificado único de discapacidad, tenemos otras instancias y ART que cubren la prestación del servicio”.
A nivel provincial, en la reunión “hablamos de cuestiones de base, como ser la importancia de no trabajar solo, sino a partir de la indicación de un profesional. Es un auxiliar para operativizar lineamientos planteados”.
Asimismo, propusieron “un honorario mínimo ético, para que todos nos ajustemos, de 500 pesos en la hora. Para esto nos basamos en cuánto se paga en otras provincias”.