ELDORADO. María Ovando fue absuelta por la Justicia pero todo parece indicar que la restitución de sus hijos no será un proceso rápido. Esta fue una semana difícil para María quien visitó a sus hijas Soledad (4), Carmen (1 año y 8 meses) y a su nieta Julia (7) en la casa de sus ex suegros, ubicada en Puerto Esperanza. Según contó a las personas que hoy la contienen y ayudan permanentemente (entre ellos Carlos Di Marco, Víctor González y otros vinculados a la Pastoral Social) sus ex suegros la recibieron amablemente pero sufrió mucho porque -delante de ella- zamarrearon a su nieta. María también fue esta semana a ver a su hijo Roque (9) y a su nieta Andrea (8) que están bajo la guarda de los abuelos maternos, en Colonia Mado. Ahí se encontró con presencia policial que -por razones inexplicables- le impidió el contacto físico con los chicos. María podía verlos, hablar con ellos pero no abrazarlos ni acariciarlos. En esa visita, su hijo Roque le dijo que quería volver a vivir con ella y le contó que su abuela materna los trataba mal y les pegaba. “Me puso muy mal ver a Roque sobre todo como está, además el policía que pusieron en la casa de mi mamá, no dejó que me acerque a mi hijo, no dejó que lo toque, yo lo podía ver, podía hablar pero no podía tocarlo ni abrazarlo, eso me dolió mucho, y eso que la jueza me dijo que yo tenía que ir a verles, a estar con ellos, pero así es muy triste”, contó María a la periodista Alicia Rivas tras regresar el miércoles por la tarde de visitar a los niños. Nueva casaCon toda esa mochila de angustia y preocupaciones, María Ovando llevó este jueves las poquitas cosas que tenía a su nueva casa, una amplia vivienda que le prestó una familia eldoradense que reside en Buenos Aires. Su propietaria, Máxima Parra, viajó desde Buenos Aires para entregarle personalmente la llave de la vivienda a María Ovando, cuya historia la conoció a través de los medios y no dudó en prestarle ayuda. “Estoy muy contenta, la verdad es que nunca imaginé que iba a estar en una casa así, tan grande, tan cómoda para traer a todos mis hijos, estoy muy contenta, muy agradecida”, contó María, ya sentada en el living de su nuevo domicilio en el que permanecerá en forma provisoria hasta conseguir una casa propia para ella y sus hijos. Esta semana, además, María asistió a una audiencia conciliatoria ante la jueza de Familia Margarita Potschka, con sus padres a quienes la Justicia entregó algunos de sus hijos y nietos que vivían con ella. A pesar de estar acreditada las condiciones precarias en las que están los niños con estos abuelos y de que uno de ellos (Roque) le dijo a la jueza que quiere volver con la madre, Potschka estableció una lista de condiciones para la restitución. Entre ellas una vivienda, requisito que ya cumple. “No debería haber ningún tipo de obstáculos”Consultada por PRIMERA EDICIÓN, la abogada de María Ovando, Roxana Rivas, indicó que “pese a lo que dijeron en el juicio contra ella, sus ex suegros la recibieron muy bien y creemos que ellos están dispuestos a acordar una entrega voluntaria de la guarda ante el juez, esa causa está en el juzgado de Iguazú. Esto sería lo ideal en los dos casos, tanto con los abuelos maternos como sus ex suegros donde no está acreditada la relación de parentesco con los chicos. La guarda fue solicitada por los abuelos, por lo que no debería haber ningún inconveniente en restituir los chicos al cuidado de su madre si los abuelos renunciaran a la guarda”. Para Rivas, la restitución de los más chiquitos, Soledad, Carmen y Julia debería ser inmediata “porque no hay nada que acredite un vínculo de parentesco”. No obstante, señaló que la jueza que interviene en la causa en Eldorado “tiene otros criterios y son más complicados. Pese a que los chicos manifiestan que quieren volver con su mamá, la magistrada quiere que se cumpla un proceso de revinculación en el domicilio de la abuela materna, no en la casa de María. Nosotros estamos en desacuerdo con eso porque María no representa ningún peligro para sus hijos. En todo caso, si la jueza de familia tiene dudas acerca del vínculo, que solicite la intervención de un psicólogo que entreviste a los chicos pero no en esa casa, donde están estas personas que la atacaron durante todo este proceso y determinaron que estuviera presa casi dos años. De todos modos, junto a la abogada Estela Martínez, presentaremos este pedido a la causa”, anticipó. La asesora legal destacó que “María ya tiene una casa donde vivir con sus hijos, no existe distancia afectiva entre sus hijos y ella. Incluso la más pequeña, que todavía no cumple los dos años, que casi no compartió con su mamá, sólo aceptaba tomar los medicamentos mientras estuvo internada cuando iba María a visitarla, según contaron los médicos. No debería haber ningún tipo de obstáculos entre María y sus hijos”. La abogada lamentó además que un policía le haya impedido a María el contacto físico con sus hijos, “fue María, a través de sus abogados, la que solicitó custodia policial porque tenía miedo que sus hijos fueran llevados a Paraguay por sus ex suegros. Pero evidentemente, no entendieron nada por eso hoy (por ayer) iba a hablar con su defensor, Eduardo Paredes, para que aclare esta situación y redefinan las funciones que tienen estos policías”. Asistencia del EstadoUna de las cuestiones que desnudó el juicio contra María Ovando fue la falta de asistencia del Estado a esta familia. Desde que este caso salió a la luz de la opinión pública nacional a través del programa del periodista Jorge Lanata, María comenzó a visibilizarse como una de las víctimas, junto a sus pequeños hijos y nietos que vivían con ella en la pobreza más absoluta. Así, en los últimos meses se comenzó el proceso para documentar a los chicos. También, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se hizo cargo de la tramitación de la pensión por madre de más de siete hijos que le corresponde a María Ovando.





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