En mayo de 2011, se registró en Alemania un feroz brote de diarrea causado por una cepa de Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC) productora de toxina shiga (STEC). Este brote -considerado “el más mortal de E. coli de la historia”– se diseminó a otros países europeos y a Estados Unidos, causando infección en más de 3.700 personas (con cerca de 2.700 casos de infecciones con diarrea y 810 casos con complicación de insuficiencia renal) y alrededor de 43 muertes.
Además de Alemania y Estados Unidos, a lo largo de varias semanas se registraron casos en Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Francia, Suiza y Austria, cuyas autoridades prohibieron la venta de pepinos, tomates y berenjenas procedentes de Alemania y cultivados en España, ya que se cree que la enfermedad surgió a partir de semillas germinadas contaminadas. Al punto de que en su momento se conoció la situación como “la crisis de los pepinos“.
Pocos días después, los científicos descubrieron cómo la bacteria Escherichia coli que brotó en Alemania logró combinar dos cepas altamente virulentas para convertirse en uno de los patógenos más infecciosos y letales que se han visto en el mundo.
La cepa, que fue nombrada O104:H4, combinó la capacidad que tiene una cepa conocida, llamada EHEC, para producir una peligrosa toxina, con la capacidad de otra cepa, llamada EAEC, para adherirse a las paredes del intestino humano.
Esta combinación explica “la virulencia tan grande y el número inusualmente alto de infecciones que resultaron en complicaciones y muerte”.
Combinación mortal
Hay varias cepas de E. coli que han sido identificadas en el mundo, muchas de ellas muy comunes y que suelen continuamente causar infecciones en el ser humano principalmente por el consumo de alimentos o agua contaminada. Hasta 2011, sin embargo, rara vez se había visto semejante virulencia.
Una de las cepas de E. coli que suelen causar síntomas graves, como diarrea con sangre e insuficiencia renal, una enfermedad llamada Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), es la llamada E. coli Enterohemorrágica (ECEH), la cual produce una peligrosa toxina, llamada Shiga, que es la causante de esas complicaciones.
La mayoría de la gente afectada con una infección de EHEC se recupera completamente y sólo un 5 o 10% suele desarrollar el SUH.
Otra cepa de E. coli, llamada E. coli Enteroagregativa (ECEA), tiene la capacidad de adherirse a la pared intestinal y desde allí causar la enfermedad.
La nueva cepa O104:H4 tomó material genético de estas dos cepas para adherirse al intestino humano formando un patrón denso -como una especie de muro de ladrillo- con el cual ayudó a la bacteria a liberar de forma muy efectiva la toxina Shiga hacia el organismo.
Esta combinación de habilidades produjo una alta virulencia en el patógeno.
Por comer ensalada
Otro de los misterios durante el brote de E. coli en Alemania fue por qué la mayoría de los contagios fueron entre mujeres tanto jóvenes como de mediana edad, ya que por lo general los brotes de E. coli afectan a los más vulnerables, los niños y ancianos, y el SUH ocurre principalmente entre menores de cinco años.
Los investigadores creen que esto podría explicarse en los patrones de consumo: las semillas germinadas, que se cree que fueron el origen de este brote, suelen comerse crudas en ensaladas y forman parte, mayoritariamente, de la dieta de las mujeres.