Un grupo de empleados que trabajaba en el Espacio de Primera Infancia (EPI) de Campo Ramón, administrado por la ONG Pamperito, se comunicó con PRIMERA EDICIÓN para denunciar que les adeudan dos meses de sueldo desde el inicio de la cuarentena y que se está “desmantelando” el lugar.
La ONG se radicó hace algunos años en la ciudad y recibió fuerte apoyo del Gobierno de Mauricio Macri para levantar un local y desarrollar varios emprendimientos sociales. Su referente es Ana Méndez, una dirigente social de Quilmes que estuvo vinculada políticamente al macrismo.
Los trabajadores contaron a este diario que “somos cerca de 20 personas a las que nos deben dos meses de sueldo y quedamos sin trabajo desde abril. Cuando reclamamos dicen que la Nación no manda el dinero”. Los montos van de 16 mil a 27 mil pesos, de acuerdo a la actividad que realizaba cada uno. Contaron que no había contrato ni otra formalidad. Eran todos monotributistas que facturaban a la Asociación Pamperito.
Lo que más les indigna es que, según ellos, la ONG “sigue recibiendo ayuda y mercadería de la Nación” y recordaron que “hace poco vimos que le descargaron pallet de mercaderías”. Pero el EPI no está recibiendo más niños y por lo tanto no utiliza esa mercadería con fines sociales: “Nosotros sospechamos que lo están usando en sus negocios particulares como una panadería”, dijeron.
Relataron que “también vimos que se están vendiendo todos los bienes que se utilizaban en la ONG, por ejemplo dos vehículos traffic que transportaban a los chicos”. Aunque no supieron explicar si era propiedad de la ONG o del hijo de Méndez, identificado como Alejandro Millares.
Polémicas anteriores
Hace dos años, cuando empezó a funcionar, la guardería no contaba con habilitación municipal. Luego hicieron el trámite y se pusieron en regla.
Era tal la vinculación de Ana Méndez con el macrismo que el propio expresidente vino a presidir la inauguración del EPI. Los que conocen la trama aseguran que Méndez se vinculaba políticamente con la exministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, quien le giraba importantes sumas de dinero, materiales de construcción y mercaderías para construir y después poner en funcionamiento el EPI y otros emprendimientos sociales.
Con la llegada directa a la Nación, en Campo Ramón veían que la ONG pasaba por arriba del municipio y la Provincia, lo cual generaba rispideces.
En un momento se pensó que Méndez tenía intenciones políticas en el pueblo ya que estaba armando una estructura financiada con fondos nacionales, aunque la derrota de Macri en las presidenciales del año pasado le puso paños fríos a esa movida.