POSADAS. El drama de las plazas y paseos públicos “ocupadas” por patotas, ligadas al consumo de sustancias adictivas en el barrio Itaembé Miní, no sólo parece no tener solución, sino que se agiganta y empeora día a día. “Hay chicos que están ahí drogándose y lo hacen a cualquier hora del día. Ayer a las 5 de la tarde uno estaba inhalando una bolsita. Yo a mis hijos no los llevo jamás”. El relato de Mirta, una vecina del barrio Terrazas es el mismo que se replica entre quienes residen en ese centro habitacional, que ya cuenta con una población que alcanza las 60 mil personas, y que a todas luces, a las comisarías (las seccionales Novena y la Decimoquinta que prestan servicio allí) les resulta muy difícil de acaparar. A saber: cada guardia cuenta con sólo cuatro efectivos y se dispone de un solo vehículo para las recorridas o asistencia en siniestros. Si bien, entre la gente del barrio hay una mayor sensación de seguridad, desde que se pusieron en marcha los foros, la gran deuda que se tiene con la población es la de devolverle los espacios que fueron diseñados para el esparcimiento y no pueden ocupar. “Quizá ya no haya tantos casos de robos u otros casos de inseguridad ligada a la violencia o delincuencia, pero es cosa de todos los días ver cómo se ponen a fumar porros o a inhalar sustancias en las plazas”, describió la presidenta del foro de la seccional Novena, Mita Morínigo, quien reclamó “queremos que específicamente se trabaje en eso, en las plazoletas y las plazas públicas, donde la gente quiere ir a tomar mate, hacer deporte o simplemente a juntarse, pero la situación viene empeorando cada vez más”, sostuvo.Para Morínigo: “en los últimos tiempos los vecinos estamos notando que las patotas están marcando las plazas con sus códigos, y la gente no puede ir porque tiene miedo”. Con ella coincidió el vocal del foro Jorge Perucchi: “la capacidad de contención policial está superada. Necesitamos más efectivos”.





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