Un comerciante de Capioví fue detenido pocos minutos después de las 17 del jueves tras atacar al juez de Paz de la misma localidad. El motivo de su furia, aunque sin justificación, fue la clausura de su local comercial por no cumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Presidente de la Nación para frenar la circulación del coronavirus.
Gerónimo Pujol es el funcionario que fue atacado cuando se hallaba dentro de su automóvil estacionado sobre la colectora de la ruta nacional 12 (altura del 1.400) en Capioví frente a un conocido supermercado de la región.
Según denunció en la comisaría local, Pujol fue sorprendido por el agresor de 45 años, quien aprovechó la ventanilla baja del vehículo y acompañó el primer insulto con un puñetazo que impactó en el rostro del juez. El segundo mandoble no dio en el cuerpo de Pujol, pero sí contra la puerta del automóvil cuando la víctima intentaba ponerse a resguardo.
El comerciante de inmediato se retiró del lugar refunfuñando su bronca por la orden de clausura que el magistrado de Capioví le impuso el 30 de abril, que tampoco habría respetado. Violó la primera faja de una puerta del local -sobre la ruta 12 y calle Maestro Portillo- y por allí habrían ingresado varios clientes en días sucesivos.
Una comisión policial lo notificó durante las últimas horas de la nueva infracción que prevé una multa entre 50 y 300 unidades fiscales, habitualmente estimadas de acuerdo al valor del litro de combustible o nafta premium. Pero de acuerdo a fuentes consultadas, el propietario del local hizo poco o nada de caso a lo ordenado y habría continuado trabajando.
La decisión que tomó fue contrarrestada con la orden de clausura y la consideración de que podría ser definitiva para este municipio del norte misionero.
El jueves, tras la denuncia del juez Pujol, se corrieron informes preliminares de las actuaciones al juez de Instrucción de Puerto Rico, Manuel Balanda Gómez, quien a través de sus secretarios dispuso la orden de detención del agresor y su resguardo hasta que se determine la citación a declaración indagatoria, por el momento, bajo la presunta imputación del delito de “amenazas y lesiones leves”.
La orden se cumplió de inmediato y el sospechoso fue aprehendido sin resistirse en el comercio mencionado.





