
A través de una recopilación de importantes artículos de investigación, el Atlas de la Educación da cuenta de los principales desafíos en la formación pedagógica presentes en la Argentina desde el regreso de la democracia.
Entre las diversas temáticas abordadas, priorizan la dicotomía entre una postura funcional de la educación a la producción económica y otro abordaje donde la cultura es la prioridad dentro de las aulas.
Desde un punto de vista crítico, defienden que la educación por sí sola no puede cambiar a la sociedad a menos que se resuelvan problemáticas de índole económica.
Una radiografía de la educación
El rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), Adrián Cannellotto, visitó Misiones para presentar junto a la ministra de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Ivonne Aquino, el “Atlas de la Educación: entre las desigualdades y la construcción de futuro”. Como uno de los referentes nacionales de formación pedagógica, brindó un panorama de los principales aspectos tratados en este material bibliográfico.
“Esta universidad, al ser temática, está especializada en la formación de los docentes y aspira a ser federal en el sentido de que espera poder articular con las universidades nacionales de los territorios para poder dar cuenta de los problemas y características de los sistemas educativos de cada provincia. El Atlas es un modo en que la UNIPE trata de poner en manos del público algunos números e ideas sobre la educación argentina, los logros y desafíos, además de todo lo que falta”, contó.
Entre los principales aspectos a recuperar en el sistema educativo nacional se encuentra “la imagen del docente como aquel que media entre los estudiantes y el contenido. Actualmente se lo muestra como un facilitador que sólo aplica recetas construidas en otro lugar por otro tipo de docentes”, añadió Cannellotto.

Asimismo, señaló que “se pone en discusión el sentido de la educación entre dos ideas. Una de ellas trata acerca de que educar va por la igualdad de oportunidades y por lo tanto con el mercado laboral, es decir, sirve para formar personas que serán empleadas en un sistema económico más basto y vinculada con el desarrollo productivo. Esa idea se probó falsa, porque la educación no puede hacer lo que le corresponde al sistema económico. Es una visión instrumental del conocimiento”.
Por otra parte, “la posición opuesta tiene como objetivo la construcción de un ciudadano y la transmisión de una cultura, una lengua e historias. Hay un juego entre la educación como reparadora del mercado y la educación como construcción de una comunidad política, con una historia y un proyecto de país. En este sentido, la educación debe poner las condiciones para que sea posible el futuro y sostenimiento de la comunidad política”.
Lo que aún falta
En materia de desafíos, este referente educativo indicó que “queremos recuperar la noción de enseñanza, mediación y el rol de los docentes en un proceso que presenta tantas dificultades. Una de las deudas que tenemos que sanjar es la separación entre los que investigan y enseñan. Fueron estos investigadores quienes lograron dar con las condiciones que hoy mantenemos en el sistema educativo. La investigación logró elaborar un corpus y transmitirlo. Cuando se quita eso, el que sólo enseña tiene dificultades. En la educación, los saberes están construidos sobre el conocimiento académico y lo disciplinar”.
Los últimos 35 años
Adrián Cannellotto precisó que en el imaginario social argentino respecto a la educación “se habla de que lo mejor ya pasó y quedó en el pasado. Sin embargo, el Atlas tiene un punto de partida contrario. La Argentina creció en todo sentido, aún en los peores momentos. Ahora incluso tenemos más chicos escolarizados; una expansión de los sistemas; un crecimiento en la matrícula y la cantidad de la cantidad de escuelas”.
En un análisis más profundo, “en los últimos 35 años, desde el regreso de la democracia, el Atlas da cuenta de la complejidad de la educación y lo que la Argentina ha conseguido. Desde el sentido común, se piensa que todos los problemas se resuelven con educación y con esto se pone en evidencia que la Argentina viene sufriendo una serie de crisis cíclicas, las cuales aumentaron la desigualdad y fragmentaron nuestra sociedad. Ese proceso de deterioro social tiene su impacto en el sistema educativo”, agregó.
En conclusión, Cannellotto explicó que “de manera muy general, el Atlas propone que la educación no puede resolver aquello que la economía no resuelve. Es una condición necesaria pero no suficiente par avanzar con las deudas sociales que este país tiene”.
Equidad
Sólo 6 mujeres son rectoras de universidades públicas en el país. El Atlas de la Educación indaga en la inequidad de los cargos directivos.
Educación y pobreza
Adrián Cannellotto señaló que “el 64% de los estudiantes de la educación pública pertenecen a hogares pobres, vulnerables o que tienen enormes falencias de todo tipo. Sobre eso debe trabajarse en los siguientes 4 años”.





