Todo listo. En la Bajada Vieja la cocina se encendió y los vecinos comenzaron a preparar el tradicional plato del Yopará, con un objetivo: espantar al duende de la miseria. Y por supuesto, lo lograrán.
Hoy, desde las 17, el público podrá presenciar la fiesta del Karaí Octubre en Bajada Vieja y Lezcano. “Siempre se celebra el primer día del mes de octubre, ésa es la condición principal”, explicó Doña Pomposa Amarilla de Valdez, organizadora y dueña del almacén de ramos generales Virgen de Itapé, ubicado en Reguera y Bajada Vieja.
Quienes asistan allí se encontrarán con una feria de artesanos, música en vivo, artistas, comidas tradicionales y jugos naturales.
“Pero también, el que quiera cantar o recitar algún poema lo puede hacer, es opcional. Además, este año tendremos un espectáculo de danza de los niños de la escuela”, detalló Doña Pomposa.
Para las 20, todos los presentes podrán servirse uno o más platos de Yopará, que es de acceso libre y gratuito. “Y uno se sirve la cantidad que quieran comer”, dijo la organizadora.
Recordó que debemos asistir con un plato y cubiertos pero “no permitimos que lleven ollas porque es para compartir en el lugar. Todos pueden comer en abundancia y repetir las veces que quieran”.
La convocatoria tiene seis años de trayectoria e inicialmente fue propuesta por el núcleo denominado “Slow Food Posadas” y los vecinos de la Bajada Vieja, encabezados por Doña Pomposa. Así comenzaron. Por año, al encuentro asisten entre 500 y 700 personas.
El evento se realiza con la colaboración de los posadeños, quienes cada año hacen llegar verduras, legumbres, queso y carne. “Otros colaboran con dinero. Pero también hay quienes ayudan en la cocina”, finalizó la organizadora.
Don Miseria, el duende que visita las casas
Según la creencia popular, el “Señor de la Miseria”, más conocido como “Karaí Octubre”, es un duende maléfico que sale cada 1 de octubre a recorrer las casas y ver quiénes tienen suficiente comida.
Es decir, “un duende que evalúa si la gente trabajó y supo guardar para los meses de escasez”, resumió el antropólogo Cristian Krieger. La forma de espantarlo “es demostrando que uno tiene comida y la comparte”, detalló. En caso contrario, los castiga con miseria hasta fin de año.