En 2017 un grupo de buzos tácticos llegados de Ituzaingó (Corrientes) fue contratado por el Gobierno de la provincia para reflotar los ferrys “Roque Sáenz Peña” y “Ezequiel Ramos Mejía”, con más de un siglo de “vida”. El primero logró mantenerse firme en tierras del puerto posadeño pero el segundo volvió a sufrir los embates de las aguas del río Paraná.
La presidente del Ferro Club del Nordeste Argentino, Analía Colazo Bidegain, sigue siendo una activa “protectora” del patrimonio cultural que componen las embarcaciones. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN confirmó que el próximo lunes se reunirá con el subsecretario de Planeamiento Estratégico de la provincia, Marcelo Surraco, para avanzar en los trámites que permitan el segundo rescate del “Ramos Mejía”.
El fuerte arraigo que Analía tiene con los dos únicos ferrys que quedan de su tipo, no es casual. Es hija de Sixto Ramón Colazo quien se desempeñó durante 43 años como representante del ferrocarril, jefe de zona desde Posadas hasta Monte Caseros (Corrientes) y disponía todo el servicio operativo tanto de los ferrys como de los ferrocarriles. Y la única mujer titular de un ferro club en la Argentina.
“La reunión del lunes (por mañana) es para trabajar con Surraco en conjunto en una solución a largo plazo para que esto no vuelva a ocurrir”, explicó Colazo en referencia al segundo hundimiento de uno de los ferrys.
Para las tareas del segundo reflote, se contrató a Valdemar Gómez Pereira, jefe de operaciones de Litoral Buceo y perito naval. La llegada del profesional sería inminente esta semana y se retrasó porque no vive más en Corrientes como en 2017 cuando llegó a Posadas para el primer rescate. Ahora reside en Buenos Aires y acomodó su agenda laboral para regresar a la tierra colorada.
Analía Colazo tiene muchos proyectos para trabajar con las embarcaciones en adelante, con trámites muy avanzados que permitan su revalorización patrimonial en Misiones.
La mujer reveló que durante un tiempo, por razones personales, debió ausentarse de la provincia y estando en Buenos Aires se enteró que un ferry había vuelto a hundirse en Posadas.
Admitió que, en el momento en que tomó contacto con el ferrobarco “tragado” por el río, no pudo ocultar las lágrimas al ver el estado en el que se encontraba. Fue entonces que inició las gestiones ante la Provincia, mientras se tramitaba, tanto en el Congreso nacional como en la Legislatura de Misiones, una declaración de monumento patrimonial de los dos ferrys.
Los ferrobarcos “Exequiel Ramos Mejía” y “Roque Sáenz Peña” fueron construidos en Escocia en 1911. Llegaron a Misiones en 1913, hace más de 105 años.
Dejaron de prestar servicio entre Posadas y Encarnación (Paraguay) el 9 de marzo de 1990 y estuvieron en la zona del viejo puerto posadeño (hoy plazoleta del Papa Juan Pablo II) donde fueron museo en el que miles de visitantes conocieron su historia y su tarea.
Durante varios años más, luego que Yacyretá realizó las obras de la costanera, permanecieron amarrados en la zona del muelle del cuarto tramo. Pero, la Provincia procedió a su traslado a Nemesio Parma por pedido de la Prefectura Naval en 2013.
Ahora, esperan una decisión oficial con el fuerte apoyo del Ferro Club que preside Colazo para conseguir un lugar definitivo que retorne un objetivo de muchos otros ferroaficionados que ya no están con vida: conservar el patrimonio de los misioneros.