Se supone que un camposanto es para “el descanso eterno” y tranquilo de aquellos que partieron. Pero en esta localidad ni los muertos tienen paz. Es que los sucesivos hechos delictivos no dejan espacio ni para contar si existen hechos paranomarles.
Guillermo Peralta, encargado del Cementerio La Piedad de Eldorado, ubicado en el kilómetro 3, contó a PRIMERA EDICIÓN que ya no sabe qué más hacer, además de las denuncias, tanto policiales como en la Municipalidad, para que se tome cartas en el asunto.
Lo último que debió enfrentar ocurrió esta semana cuando terminaban de hacer la limpieza y desmalezamiento del predio, que es inmenso, serían unas ocho hectáreas, “me encontré que en uno de los nichos más antiguos, y unos de los más grandes, había alguien durmiendo, y rastros de más personas en el lugar. Inmediatamente di aviso a la Policía, es que usan el cementerio como sitio para drogarse, esto viene ocurriendo hace rato, lo denunciamos cada vez que ocurre, pero no hay solución. Este nicho tiene un féretro adentro, y nunca se pudo encontrar a la familia dueña del mismo, se buscó, por los registros, pero es como que no quedan familiares”.
“Yo hace 15 o 16 años que estoy como administrador, mi predecesor se jubiló en este trabajo, y tampoco pudo dar con la familia, el féretro que está adentro no está identificado. Ya robaron todo de ese lugar, puertas, todo lo que se puede llevar, y eso que es un nicho grande de cemento armado, y lo usan como aguantadero. Es un problema constante, como siempre digo en las denuncias, el o los que se llevan las cosas del cementerio vienen con movilidad, porque no hay forma de llevar algunas cosas que se robaron, sin movilidad“, agregó preocupado el hombre.
“Por ejemplo, cuando se llevaron el portón de ingreso, debieron cargarlo en algo, sino es imposible llevarse eso. Hace unos días se llevaron cuatro planteras de 50 centímetros de alto cada una de un panteón que está frente a la oficina de administración, sólo con movilidad se pueden llevar eso. Las denuncias siempre las hago, y también informo a la prensa local, para que la gente no compre las cosas que se robaron de acá”, explicó el cuidador.
Peralta también contó, que “descubrimos que intentaron robarse los inodoros de los baños, las marcas de zapatillas indican que estuvieron tirando e intentando sacarlos, pero no pudieron. Ya nos robaron anteriormente los inodoros, entonces decidimos ponerle tornillos, sujetarlos con un hierro y cemento, así no pueden sacarlos, los pueden romper, eso sí, pero no pueden llevárselos”.
Es de suponer que un cementerio tiene un movimiento de gente común, por algún servicio, por la visita de los familiares, pero se supone que estas cosas se hacen con la luz del día. Bien, en el Cementerio de Eldorado, el movimiento es nocturno.
Peralta contó que “hay una casa de servicios fúnebres enfrente del cementerio, y la gente que se queda allí por algún servicio, cuenta siempre que es un movimiento constante de gente que entra y sale, yo supongo que utilizan el camposanto como un lugar para drogarse, muchas veces encontramos jeringas, restos de cigarrillos de marihuana, de todo. Las autoridades están al tanto, porque yo siempre hago las denuncias policiales, incluso avisé a Gendarmería, y también a la Municipalidad, pero no se hace nada”, dijo.
También contó que la sugerencia municipal era “poner un sereno para que recorra de noche, pero hace dos años tuvimos uno, y terminó con la cara partida, porque lo atacaron mientras recorría el cementerio, entonces, no es la solución”.
“Debería cerrarse con muro todo el predio. Se estaba cerrando una parte, pero los materiales terminaron echándose a perder, porque los estaba construyendo la gente del Polo Obrero, pero venían un día sí otro no, trabajaban dos o tres horas y se iban. Después no sé qué pasó no vinieron más y todo quedó así”, contó Peralta.
Según el cuidador, los robos y la presencia durante la noche de gente que entra y sale del cementerio es constante y “no van a visitar a sus difuntos justamente”.