
Se dio un paso muy importante entre los diputados misioneros que firmaron el dictamen para que, probablemente la semana que viene, se adopte formalmente la “Ley Justina”, de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células representa un gran cambio de paradigma en la donación.
Cabe recordar que por esta norma, bajo el número 27.447, el Estado presume que todos los ciudadanos son donantes salvo que en vida expresen lo contrario.
Pero en Misiones, además, la decisión política fue más allá buscando fortalecer el Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Misiones (CUCAIMis). Y en ese camino unificaron propuestas representantes de diferentes bancadas partidarias, a partir de los proyectos de los renovadores Oscar Alarcón, Martín Cesino y Natalia Rodríguez y el radical Ariel Pianesi.
De votarse pronto en el recinto de sesiones, con la posterior promulgación y reglamentación del Ejecutivo provincial, se creará el Fondo Misionero de Trasplante que permitirá disponer de recursos específicos. Y la Unidad de Coordinación, definida por el médico Richard Malán (titular del CUCAIMis) como “una suerte de guardia que va a gerenciar todos los servicios de procuración y a los coordinadores, que asesora, con personal altamente entrenado y que conoce cada paso”.
Lo trascendental será crear un marco de gestión capaz de superar la innecesaria burocracia en un tema que admite poco tiempo humano para ser exitosos.
Misiones tiene una tasa de 12.16 donantes por millón de habitantes, superando a la media nacional (9). Y se destacó hasta el presente en tener los mejores indicadores en trasplantes de córneas del país. El objetivo es ampliar esas cifras. Sobre todo: salvar muchas más vidas.





