Posadas. Sara Rodríguez (35) todavía no encuentra explicación al incendio que consumió por completo su casa ubicada en el último pasillo del barrio Belén de Itaembé Miní. Ella se había ausentado por trámites y sus cuatro hijos más chicos “se salvaron porque estaban en la casa de mi vecina”.Sólo cenizas y parte de lo que fue un lavarropas y una cocina quedaron en el predio donde se encontraba la casa, maderas quemadas y algunas chapas, nada más, el resto consumió el fuego por completo en pocos minutos alrededor de las 8 del lunes. Los vecinos intentaron apagar las llamas con el agua de un pozo cercano, pero nada pudieron hacer, tampoco ingresar a la construcción para salvar al menos la documentación. “Cuando los bomberos llegaron no les alcanzaba la manguera, se fueron a buscar y aparte acá es difícil por los pasillos, además somos pobres por eso no nos hacen caso”, ensayó una explicación una joven del barrio, quien junto a su compañero estuvieron en el lugar e intentaron salvar las cosas de la familia. “No se pudo hacer nada, en un ratito se quemó todo”, agregó la muchacha desde su casa ubicada unos metros más arriba de donde ocurrió el siniestro.“Vimos el humo, yo fui, pero no se pudo sacar nada, tiramos agua con balde pero fue imposible, por suerte los chicos estaban afuera”, agregó Javier, otro joven vecino. Dani (2), Micaela (3), Walter (5) y Gustavo (8) estaban bajo el cuidado de la vecina Rebeca Fleita (22), quien hace veinte días fue mamá por cuarta vez. Ayer todavía conmocionada por lo sucedido comentó que el lunes estaba preparando el desayuno para los chicos cuando comenzó a quemarse la casa de al lado. “Cuando nos dimos cuenta se quemó todo, algunos de los chicos se asustaron, los vecinos trataron de apagar pero no se pudo hacer nada”, comentó Rebeca. La mujer agregó que Sara, la mamá de los pequeños, había salido a realizar trámites y cuando le avisaron volvió urgente y no podía creer. La familia de Sara pasó la noche en la casa de otra de sus vecinas, de Marta, quien ayer por la mañana ya estaba lavando la poca ropa que le habían acercado manos solidarias. Con los pequeños también se encontraba el hermano mayor, Maicol (15), quien al igual que su mamá coincidió en que “fue raro donde se inició el incendio”.“Nosotros teníamos un solo enchufe al costado de la casa y el fuego comenzó atrás”, dijo el adolescente, quien el lunes tampoco estaba en el barrio en el momento del desastre. Sara, en tanto, manifestó que “siempre, apenas clarea el día, desenchufo todo, no había quedado nada encendido”. El padre de los chicos ayer había salido a trabajar. “Se fue a hacer changas, porque algunas cosas ya trajeron, como ropa, pero yo tampoco tengo para cocinar para todos”, agregó Marta, quien está dispuesta a ayudar en lo necesario y no dudó en que la familia se quedara hasta tanto se solucione el techo para los chicos.Funcionarios de la Dirección de Defensa Civil y de Desarrollo Social de la Provincia ayer llegaron hasta el barrio cerca del mediodía para confirmar la reconstrucción de la casa para los afectados.“Enseguida traerán el corte de madera para la casa y el Ministerio de Desarrollo Social ayudará con colchones y mercadería”, aseguró Ricardo Veselka Corrales, titular de Defensa Civil. Sara, por su parte, señaló a Primera Edición que algunas prendas para los chicos ya habían acercado, pero más necesita calzados y ropa para ella y su marido, además de todas las cosas para la casa, “ni una cuchara se salvó del fuego”. Falta agua en el asentamientoMarta, una de las vecinas del barrio Belén, señaló que apenas empieza el calor y ya comienza a escasear el agua potable. “Acá me salva mi vecina que tiene un pozo”, contó. “Ahora por ejemplo ya se cortó y tendremos que esperar hasta mañana, por eso hay que reservar en tachos”, comentó . Las casillas en el barrio no paran de aumentar. Los pasillos parecen no tener fin y algunos se confunden con el “patio” de las familias.“Acá hay mucha gente nueva y aunque se paga quince pesos por el agua no tenemos todo el tiempo y apenas empieza el calor y se corta”, lamentó la vecina que vive hace un año en el lugar. Cerca del mediodía un grupo de chicos camina con recipientes llevando el almuerzo que retiran de un comedor de la zona, pues además del agua hay muchas necesidades.





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