En una semana en que todavía es materia de análisis el fuerte trajinar que impusieron las manifestaciones del 8N, en las que las clases medias desplegaron un amplio abanico de disconformidades con la gestión de Cristina Kirchner, el Gobierno retomó la iniciativa con medidas que intentan “marcar la cancha” de aquí a fin de año.Con la aprobación del Per Saltum en Diputados, la mayoría oficialista habilitó una herramienta jurídica que le permitirá al Gobierno tener mayor control de lo que pase en el llamado 7D, fecha en que vence la cautelar que impide la aplicación del Artículo 161 de la Ley de Medios, que mantiene en suspenso la aplicación plena de esa norma, devenida en objeto de culto para el kirchnerismo. También en diciembre se verían las consecuencias concretas del anuncio más importante que hizo la Presidenta esta semana, la firma del Decreto 2191, por el cual se exime por única vez del pago del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores registrados que ganen hasta 25 mil pesos en diciembre, cuando se cobre la segunda cuota del sueldo anual complementario,En ese marco, y en lo que se vio como un guiño a las agrupaciones sindicales que piden una modificación del piso de Ganancias ( congelado hace dos años cuando es habitual un reajuste anual por inflación), Cristina adelantó que en los próximos días se reunirá con la cúpula de la CGT para discutir una modificación al mínimo no imponible en 2013, “que tiene que estar articulada con la política salarial”, aclaró. Los efectos de la exención, “extraordinaria y por única vez”, beneficiarían a 2,1 millones de trabajadores, el 92,5% de las personas alcanzadas por el tributo y se conformaría un paquete de estímulo al consumo durante las fiestas de fin de año de 2.162 millones de pesos. La medida está en línea con la preocupación del Gobierno de mantener el nivel de consumo al amparo de los embates de la desaceleración de la economía y la influencia de la crisis recesiva externa; y el oxígeno al mercado interno -aunque no llegará a todos-permitirá tender un puente de mayor previsibilidad hacia el año próximo, en el que se estima que la recuperación de la economía brasileña, entre otros factores, mejorará el nivel de actividad económica interno. Se trata, sin embargo, de un puente sobre aguas turbulentas, dadas las presiones sobre el tipo de cambio -que afectan la marcha de la economía- y los variados frentes abiertos por la administración kirchnerista.Fragata en apurosUno de ellos se vio reflejado esta semana con la decisión de Cancillería de demandar a la República de Ghana por la incautación de la fragata Libertad, que la Justicia de ese país realizó en cumplimiento de una demanda de uno de los llamados “fondos buitres”, especuladores con bonos de la deuda argentina en default. El escándalo político, en este caso, se considera una consecuencia de la impericia de la Cancillería argentina, que fue incapaz de prevenir lo que ocurriría y quedó presa de una situación en la que cualquier salida pasaría por el desgaste político y la pérdida de imagen internacional, aún en el caso de que Argentina consiga hacer valer sus derechos en el Tribunal del Mar, que comenzará a tratar el tema la semana entrante. Por otra parte, en la presentación de la flexibilización impositiva, que los gremios que decidieron marchar en contra del gobierno calificaron de insuficiente, Cristina deslizó una reflexión que insinuó una recepción de la críticas al proyecto oficialista de impulsar un tercer mandato presidencial: “Me siento muy orgullosa de formar parte de este proyecto político, que no empieza, ni termina conmigo, y que tiene que institucionalizarse”, señaló, tras comentar un informe del Banco Mundial sobre el incremento de la clase media en la Argentina en la última década. Cóctel de demandasEn la provincia, el gobierno del Frente Renovador tuvo que afrontar un recrudecimiento de los reclamos sociales que incluyó un acampe de los policías retirados frente a la sede del IPS en la capital provincial, en reclamo de que el gobernador Closs, cumpla con la promesa de un aumento a los pasivos en sintonía con los que se habilitó a los activos tras el estallido de la llamada “rebelión policial”.El estallido policial dejó al descubierto no sólo el profundo descontento salarial de las fuerzas, sino los fraccionamientos internos y la debilidad del gobierno provincial en el momento de hacer valer la autoridad del Estado, “ya que una huelga de personal armado, como es el de seguridad, no puede ser tratada como un reclamo más de empleados del Estado”, observó un especialista. El gobernador Closs, y su cercano colaborador, el ministro Franco, demoraron entonces la solución del conflicto, y siguen acumulando desaciertos hasta hoy, generando rumores, cada tanto, de una caída del titular del ministerio político. Desde las protestas de febrero, funciona una Mesa de enlace que monitorea de cerca el cumplimiento de lo pactado, amenazando con volver a las calles, patear el tablero, si es que el Gobierno se empeña en su estrategia de retacear en la práctica el cumplimiento de lo que se acuerda con los uniformados. El miércoles, las negociaciones salariales en el IPS, en una tempestuosa reunión en la que participó el jefe de Policía, Héctor Munaretto, se generaron discusiones subidas de tono, pero ninguna solución a la crisis que deviene, según dijo Joaquim Kapko, uno de los referentes de la protesta. “Hay una diferencia de mil pesos, más o menos, entre lo que nos prometieron y lo que cobramos. ¡Y si el Gobernador está diciendo que cumplió todo lo que acordamos, entonces nos mintió descaradamente!”. A los reclamos de los retirados, el gobierno contestó echando a circular la versión de que Kapko, “como De Lima y Krauchuk, tiene doble discurso con sus camaradas”. Según una fuente con llegada al clossismo, el Gobierno habría otorgado a los rebeldes un sustancial aumento, de casi el 80% en sus haberes, pero los dirigentes de la protesta salieron igual a la calle, “para embarrar la cancha por motivos políticos”. La protesta de los retirados, igualmente, fue sólo uno de los componentes de un cóctel de activas demandas que incluyó cortes de calles y de rutas en Eldorado y Posadas, e involucró a movimientos sociales y empleados públicos como los guardaparques y los trabajadores de Salud Pública. La indefinición de los precios de la yerba m
ate para la zafra que se viene, que volvió a dividir al Directorio del Inym y, sobre todo, la profundización de la crisis del sector maderero misionero -por falta de competitividad respecto a la importación de maderas terciadas, entre otras dificultades- completan el panorama de inquietudes insatisfechas que tiende a crecer en la provincia. Por el lado de la actividad política, es de destacar el cierre de las listas que competirán en las internas del 16 de diciembre en el PJ misionero, que cristalizó tres opciones, dos vinculadas al kirchnerismo, con el senador Irrazábal y al diputada nacional Julia Perié, respectivamente, como candidatos a la presidencia partidaria. La tercera alternativa lleva como candidato a presidir el Consejo al ex diputado Marcos Rodríguez, acompañado del ex intendente obereño Rolo Dalmau, como candidato a la presidencia del Congreso; apoyados ambos por un grupo de intendentes y por la CGT Guacurarí, que lidera el mercantil Benigno Gómez. Aunque el PJ misionero no está hoy en sus mejores momentos, la perspectiva de un año electoral con movimientos de suelo en la política nacional revaloriza la interna anunciada por una serie de dirigentes que cerraron un pacto al respecto en un hotel céntrico de Posadas, hace unas semanas.La unidad del grupo, sin embargo, se vino abajo prematuramente cuando Julia Perié decidió romper y hacer rancho aparte -quebrando el frente K en al provincia- acompañada del ex diputado Líder Sandoval y otros dirigentes, presuntamente disconformes por la existencia de un pacto entre Irrazábal y Lucho Viana, que se mantendría en el anonimato. Fuentes vinculadas a la lista de Irrazábal aseguraron que los acuerdos podrían quedar en aguas de borrajas si se confirmara que – a través de ubicar al intendente Darío Pietroski como candidato a presidir el Congreso partidario- Viana consigue retomar desde las sombras los hilos de la conducción partidaria.





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