PUERTO IGUAZÚ. Las promociones turísticas y la consagración de las Cataratas del Iguazú como una de las siete maravillas naturales del mundo produjo un notorio aumento de visitantes -en especial a través de la vía aérea-, lo que se traduce en mayores ingresos para todos los sectores de la comunidad. Aunque esto resulte a primera vista muy satisfactorio no se pueden negar notorias falencias que pueden resultar peligrosas, como el estado actual del aeropuerto, donde la torre de control se está cayendo a pedazos, con rajaduras de 2 a 3 centímetros de ancho y equipamientos de más de 20 años. En estas condiciones funciona el aeropuerto internacional, las operaciones son entre 8 y 13 vuelos comerciales diarios, más sobrevuelos en Cataratas y privados, lo que actualmente llegan a sumar hasta 30 operaciones por día. Hace un año atrás, el personal del aeropuerto había colgado banderas en la torre de control pidiendo mejoras en la infraestructura, tras lo cual el 1º de diciembre la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) junto al Gobierno provincial anunciaron una inversión de 200 millones de pesos para los aeropuertos de Iguazú y Posadas. Esos anuncios preveían comenzar en mayo de este año los trabajos, sin embargo, eso nunca sucedió. Sólo cumplieron con un mayor número de personal, ya que enviaron cuatro egresados de Resistencia (Chaco) que colaboran en la torre y “tal vez el año que viene estén habilitados”, comentaron los trabajadores de la torre de control, que prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias.“El aeropuerto no se cierra gracias a la voluntad y profesionalismo del personal que no deja que ocurra nada grave”, apuntó otro. El personal tiene que poner plata de su bolsillo hasta para cambiar una lamparita de luz en la torre, hay equipamiento que funciona atado con cinta de embalaje, el acondicionador de aire funciona porque ellos aseguran que pagan el mantenimiento. Esto pasa en el aeropuerto de la maravilla, que tiene dimensiones más grandes que Aeroparque, 3.300 metros de largo por 45 metros de ancho y con capacidad para recibir aviones de gran porte. Los números hablan Ni la ANAC, Fuerza Aérea, presidencia de la nación, gobernación de la provincia, intendencia, ni la Cámara de Turismo local hace algo para cambiar la situación actual del ingreso vía aérea a Iguazú, que cada vez más turistas eligen visitar. Las estadísticas marcan que en octubre del 2010, la torre registró 685 operaciones mensuales, en tanto que en el mismo mes de este año fueron 953, lo que significa un incremento de casi un 40% en dos años. Además, este año se multiplicaron las frecuencias de las empresas comerciales y por ello se manejan a razón de 30 operaciones mensuales. Desde Aeropuertos Argentina 2000 se registra que en enero de este año unas 31.590 personas llegaron a Iguazú vía aérea y otras 29.989 salieron. En octubre del 2012 fueron 36.356 personas que ingresaron y unas 34.312 que se fueron. Esto establece un 14 % de aumento en vuelos comerciales. Los vuelos internacionales también se incrementan, aunque comercialmente haya frecuencia solamente a Río, llegan charters privados, como la semana pasada, que aterrizó uno proveniente de Italia. Las obras prometidas para Iguazú consistían en la construcción de la torre, ampliación de las cabinas de pasajeros y se creará un cuartel de bomberos nuevo, ya que el actual es casi inexistente. Eso estaba previsto para el primer semestre del 2012. “La intervención en la pista se va a realizar en los meses de julio-agosto”, fue la promesa, nada se cumplió.





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