POSADAS. Seis jóvenes misioneros con diferentes discapacidades representaron a la provincia en el V Torneo Nacional de Tenis y Básquet organizado por la Fundación Baccigalupo. A su regreso, con sus medallas en alto y amplias sonrisas, estos jóvenes hablaron con PRIMERA EDICIÓN. Ellos son Tatiana Díaz, de 25 años, con retraso madurativo; Fabiana Giménez, de 21 años, con retraso madurativo, hipoacusia, hemiparesia y microcefalia; Fabián Araujo, de 21 años, con síndrome de Down; Eduardo Marcenaro, de 30, con síndrome de Down. Completaron este equipo los jóvenes Esteban Rodríguez y Luis Correa, además de los profesores de tenis del Club Itapúa que durante todo el año los entrenaron en forma ad honorem: Juan Bezus, Yésica Briz y Carmen Blas. En calidad de acompañante viajó también María José Sánchez Verdún, de ocho años, con síndrome de Prader- Willli. Los jóvenes contaron con alegría su experiencia: la de haber compartido con sus pares de otras provincias la habitación de hotel y todo un día repleto de actividades. Después de entrenarse durante meses en tenis, fueron sorprendidos en el Torneo Nacional que también los esperaba para que participaran en básquet. “¡Nosotros nunca antes habíamos jugado básquet!”, aseguraron con picardía. Pero, lejos de buscar la competencia en sí misma, este torneo nacional está enfocado en afianzarse como un espacio para que los chicos con diferentes capacidades se encuentren y compartan experiencias en torno a la práctica de deportes. Por ello, a la hora de la premiación, todos los participantes se llevaron su medalla. El cierre del torneo fue una fiesta en la que se llevaron a cabo juegos integrados entre alumnos, profesores y amigos que vinieron a saludarlos. Entre los famosos que participaron se encontraban Noe Barrionuevo, Millie Stegman y Claudia Villafañe. Madres todo terreno Detrás de estos chicos están sus madres que, pese a última hora les avisaron que no contarían con el hotel que les habían prometido, no desistieron de viajar con sus hijos a Buenos Aires. “La Fundación Baccigalupo se hace cargo de todos los gastos de alojamiento y estadía de los chicos, y nosotros debíamos conseguir el transporte (que nos dio la Mutual de Camioneros) y el hotel para las madres que, finalmente, debimos pagar de nuestros bolsillos”, contaron las mamás. Mirta Parodi (mamá de Tatiana), Jorgelina Ávalos (mamá de Fabiana), Eva Ester Frías (mamá de Fabián), Verónica Cáceres (mamá de Eduardo) y Beatriz Verdún (mamá de María José) fueron las que viajaron junto a sus hijos. Aunque esta vez no viajó, Nilda “Yiya” Velázquez siempre está con ellas y hace de “cocinera o lo que haga falta”, aseguraron. Según contaron estas mamás, fue la ex tenista misionera Vanina García quien les invitó a los chicos a participar del torneo nacional, “para nosotros fue todo un desafío y los chicos empezaron a entrenarse con los profes en abril. Fue la primera vez que Misiones estuvo representada en este torneo y, por supuesto, preparamos a los chicos para que ellos no se preocuparan por ganar o perder, sino conocerse con otros chicos”, indicó Mirta Parodi. Un lugar y personal idóneoLa provincia no cuenta con un espacio preparado para que los chicos con discapacidades puedan practicar deportes. “No sólo no hay un lugar pensado para ellos, sino tampoco personal preparado para entrenar a estos chicos. ¡Cuánto se necesita en Misiones de un lugar así y con gente comprometida!”, aseveraron las madres quienes advirtieron que todo lo que se hace hoy es a pulmón y en base a un pequeño grupo de voluntades solidarias. “Sería muy lindo que el Estado ponga a disposición una institución deportiva con estas características, que tenga pileta, canchas de fútbol, de tenis y de básquet. Sabemos que está en marcha la construcción del Centro Deportivo de Alto Rendimiento… ojalá hayan pensado en ese lugar un espacio para los chicos discapacitados que cuente con rampas para el ingreso de los que usen sillas de ruedas, sanitarios e instalaciones adaptadas y, como siempre decimos, gente preparada para guiarlos en la práctica del deporte”, remarcaron. “Ojalá no sólo sea un edificio gigantesco pensado sólo para chicos sin problemas”, expresaron anhelantes. Según confirmaron las madres, “más allá de la voluntad de un grupo de profesores, como ocurrió con los profes de tenis del Club Itapúa, los chicos discapacitados no tienen la posibilidad de practicar deportes”.





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