SAN PABLO, Brasil (AFP-NA). La ola de violencia siguió en auge en San Pablo el fin de semana, con veinte homicidios entre viernes y domingo en la ciudad y su área metropolitana, informó la prensa local.La noche del sábado fue la más violenta, con trece muertos y trece heridos, informaron la radio de noticias CBN y el sitio informativo G1.En la noche del viernes, fueron siete muertes.Otras doce personas murieron entre el jueves y el viernes en San Pablo, una metrópoli que es capital económica y mayor ciudad de Brasil, y que en los últimos dos meses ha registrado un brote de violencia que se saldó con 242 asesinatos entre octubre y noviembre, en general por armas de fuego, según estimados de la prensa.Las cifras oficiales que van hasta septiembre muestran que la cifra de homicidios en San Pablo saltó ese mes a 144, contra 71 en el mismo mes de 2011.Muchas de las víctimas fueron policías.Buena parte de la ola de homicidios, especialmente de policías, ha sido ligada al grupo conocido como “Primer Comando de la Capital” (PCC), una banda creada en 1993 por prisioneros de la cárcel de máxima seguridad de Taubaté, cercana a San Pablo, y que hoy opera dentro y fuera de los presidios del estado, ordena asesinatos de policías, tráfico de droga y otros crímenes.El PCC está también vinculado a un fuerte estallido de violencia en 2006 en San Pablo, que paralizó la ciudad durante varios días y dejó más de un centenar de muertos. La violencia urbana en San Pablo había caído fuertemente desde entonces.El martes pasado, el Gobierno brasileño y las autoridades del Estado anunciaron un plan conjunto para enfrentar la violencia y el crimen organizado. Entre las medidas figuran incrementar las operaciones de vigilancia, asfixiar financieramente a estos grupos y trasladar presos peligrosos hacia cárceles federales de máxima seguridad.La situación mantiene aterrorizados a los ciudadanos tanto del centro rico como de la periferia pobre en la capital y en otras ciudades del llamado gran San Pablo: por las noches sufren un toque de queda impuesto por los traficantes y viven con miedo de salir a la calle, donde se llevan a cabo los asesinatos, lo que ha dado lugar a la intervención de la Iglesia.





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