APÓSTOLES. Descendiente de brasileños, María Álvez pasó la primera parte de su vida en una isla. La San Lucas, terruño hoy anegado, mayormente por las aguas del río Uruguay -frente a Barra Concepción-, donde ya no vive nadie. Desde aquella inundación en 1983, María vive en Puerto Azara, pueblo sureño y rural que limita con Brasil. Álvez es enfermera, y trabaja en la salud pública hace más de veinte años. En su pueblo, formó junto a otros vecinos la organización Vecinos Autoconvocados de Puerto Azara, desde donde viene luchando contra el proyecto mega hidroeléctrico Garabí, que amenaza con borrarlos del mapa y enviarlos al destierro. Además, demandan una escuela secundaria, regularización de tierras, asistencia, contención y oportunidades para la población, entre otros reclamos del paraje.Desde hace un año, María es secretaria pro gremial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), tarea que la lleva a viajar todos los días a distintas localidades de la provincia, escuchando y atendiendo la situación de los trabajadores estatales misioneros.¿Cuál es hoy el principal reclamo de los trabajadores en Misiones?Estamos en contacto diario con los trabajadores, en las asambleas y en las manifestaciones, y lo que mayormente sale a la luz, como el principal problema es el salario. Al haber tantos compañeros con salarios bajos y en negro, existe mucha asfixia económica en las familias, porque el trabajador o la trabajadora se ve obligado a tomar créditos que luego no pueden pagar. La creciente inflación y la pérdida del poder adquisitivo real, conllevan a una coyuntura muy complicada para el trabajador, ya que a la mayoría sencillamente no le alcanza el salario para vivir dignamente. En muchos casos no se llega a cubrir correctamente la demanda alimenticia de las familias, y en este sentido se ven muy perjudicados los jubilados estatales, ya que al estar la mayoría de los sueldos en negro, cuando se jubilan pasan a cobrar muy poco.¿Existe precarización laboral?Muchísima. Hoy en el ámbito de la salud pública y otros sectores, los nuevos trabajadores que se incorporan son monotributistas o becados, que al no estar en relación de dependencia o planta permanente, se ven seriamente limitados en sus derechos como trabajadores, en estado de vulnerabilidad. Muchos son perseguidos para que no participen gremialmente, se les niega hasta el derecho a ser representados y defendidos por un gremio. Esto se da en líneas generales; hay una presión constante, se profundiza el apriete a los trabajadores y a los que reclaman y luchan.Vemos esto con mucha preocupación. Tenemos demasiados compañeros que trabajan en distintos organismos, con una enorme presión psicológica, que los lleva a fuertes cuadros de estrés y otras enfermedades, por trabajar en ese contexto.Este año usted participó de la Cumbre Rio + 20, en Rio de Janeiro. ¿Qué rescata de aquella experiencia?Tuvimos la oportunidad de formar parte de esa gran actividad, debido a que ATE Misiones desde hace años viene trabajando con la temática del No a las Represas. Viajamos juntos a compañeros de la vía campesina Santiago del Estero del Estero. Fue una experiencia muy enriquecedora, donde tomamos contacto con gente de toda Latinoamérica y África. Estuvimos integrando y trabajando en la comisión de Medio Ambiente, compartiendo una serie de temas y problemáticas que se repiten en muchísimos países. Hay muchas cuestiones además de las represas hidroeléctricas, la lucha por la soberanía de los recursos en manos de los pueblos y no de empresas o gobierno que solo lucran con ellos; la soberanía sobre las semillas, el calentamiento global, la mega minería, los agrotóxicos, en fin, una gran cantidad de problemáticas. Con respecto a Puerto Azara, ¿qué avances han existido este año en el pueblo en cuanto a sus reclamos históricos?Ninguno, o pocos. No hubo avances con el tema tierras. Nosotros presentamos un censo hace unos años y un reclamo para ser incluidos en la ley de Regularización de Tierras, porque el 80% de los que vivimos en Puerto Azara no tenemos títulos de propiedad pese a vivir ahí toda la vida. Si bien el intendente de Azara nos informó este año que estaría en vías de solucionarse, no vamos a cesar de reclamar hasta que vengan a hacer el loteo y entregarnos los títulos como corresponde. Es nuestra tierra. Pedimos lo justo. Pero además está surgiendo otro inconveniente, que tiene que ver con la falta de escuela secundaria, ya que nos cerraron hace ya tres años la que habíamos formado los padres, y hoy nuestros hijos tienen que hacer un enorme esfuerzo, y desarraigarse para ir a estudiar. Pese a que el gobernador dijo que tiene que haber una secundaria en cada pueblo, nosotros llevamos años luchando por una escuela. Está existiendo mucha deserción escolar, y también en la primaria, vemos muchos niños que viven semi abandonados, hay muchos padres que al no tener trabajo bajan la guardia, y por eso estamos queriendo reforzar los lazos comunitarios, porque existe un alto riesgo social.¿Qué acciones desde lo comunitario están llevando a cabo ante este contexto adverso?Actualmente estamos gestionando con otras organizaciones, la posibilidad de abrir un comedor, donde podamos asegurarnos que todos los chicos del pueblo tengan alimentación. Ya tenemos la huerta propia, y un espacio, y gente dispuesta a trabajar. Queremos además que sea un espacio de contención integral, donde se puedan enseñar varias disciplinas, fomentar la lectura, e incentivarlos. Por ello, también la semana pasada pude reunirme con la presidenta de la Federación de Bibliotecas Populares de Misiones, Elsa de Hadad, para reactivar el proyecto de abrir la biblioteca popular de Puerto Azara. Estamos avanzando también con eso, ojalá pronto lo logremos. ¿En qué quedó el proyecto de abrir una radio comunitaria en Puerto Azara?También es una tarea que debemos proseguir. Este año habíamos empezado a avanzar con el titular de la Ley de Medios en Misiones, pero ahora la conducción cambió, y sabemos que toda nueva gestión necesita un tiempo para acomodarse. Queremos ser respetuosos de esos tiempos lógicos, para luego sí retomar el proyecto; es muy necesario un medio autóctono en Puerto Azara. Por último, ¿cómo observa la lucha contra las represas en nuestra provincia actualmente?Lo positivo es que todos los grupos que estaban trabajando y militando por separado, hoy están unidos, y se van sumando cada vez más colectivos, se trabaja mancomunadamente. La lucha siempre hay que reforzarla, pero hoy vemos que el pueblo está tomando conciencia, participando más en las manifestaciones, expresándose
claramente en contra de las represas en amplia mayoría. Sabemos que solo desde lo colectivo, desde la unidad, lograremos la victoria. El pueblo será el que decida, quieran o no.





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